domingo, 23 de noviembre de 2014

Cristo Rey

Fuente: Constitución Lumen Gentium (Concilio Vaticano II)

Todos los hombres están llamados a formar parte del nuevo Pueblo de Dios. Por lo cual, este pueblo, sin dejar de ser uno y único, debe extenderse a todo el mundo y en todos los tiempos, para así cumplir el designio de la voluntad de Dios, quien en un principio creó una sola naturaleza humana, y a sus hijos, que estaban dispersos, determinó luego congregarlos (cf. Jn 11,52). Para esto envió Dios a su Hijo, a quien constituyó en heredero de todo (cf. Hb 1,2), para que sea Maestro, Rey y Sacerdote de todos, Cabeza del pueblo nuevo y universal de los hijos de Dios. Para esto, finalmente, envió Dios al Espíritu de su Hijo, Señor y Vivificador, quien es para toda la Iglesia y para todos y cada uno de los creyentes el principio de asociación y unidad en la doctrina de los Apóstoles, en la mutua unión, en la fracción del pan y en las oraciones (cf. Hch 2,42 gr.).


Así, pues, el único Pueblo de Dios está presente en todas las razas de la tierra, pues de todas ellas reúne sus ciudadanos, y éstos lo son de un reino no terrestre, sino celestial. Todos los fieles dispersos por el orbe comunican con los demás en el Espíritu Santo (…). Y como el reino de Cristo no es de este mundo (cf. Jn 18,36), la Iglesia o el Pueblo de Dios, introduciendo este reino, no disminuye el bien temporal de ningún pueblo; antes, al contrario, fomenta y asume, y al asumirlas, las purifica, fortalece y eleva todas las capacidades y riquezas y costumbres de los pueblos en lo que tienen de bueno.

Pues es muy consciente de que ella debe congregar en unión de aquel Rey a quien han sido dadas en herencia todas las naciones (cf. Sal 2,8) y a cuya ciudad ellas traen sus dones y tributos (cf. Sal 71 [72], 10; Is 60,4-7; Ap 21,24). Este carácter de universalidad que distingue al Pueblo de Dios es un don del mismo Señor con el que la Iglesia católica tiende, eficaz y perpetuamente, a recapitular toda la humanidad, con todos sus bienes, bajo Cristo Cabeza, en la unidad de su Espíritu.



viernes, 14 de noviembre de 2014

El Demonio Detesta el Matrimonio

Fuente: Red Católica

¡No soporto que se amen!”, fue la respuesta inmediata y clara que le lanzó un demonio al exorcista italiano P. Sante Babolin durante uno de los “combates”, cuando el sacerdote le cuestionó por qué estaba causando problemas a la esposa de un amigo.
¿Por qué este odio?, en declaraciones al Semanario Desde la Fe, el sacerdote explicó que Satanás detesta el Matrimonio porque es el sacramento más cercano a la Eucaristía.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Seis Consejos para Mantener Lejos al Demonio

Nota original: ACI Prensa

Valter Cascioli, médico psiquiatra y portavoz de la Asociación Internacional de Exorcistas, ofreció seis consejos para evitar las asechanzas del demonio.
En una entrevista concedida a ACI Prensa el 31 de octubre, Cascioli recordó que el demonio es real y la Biblia lo recoge hasta en 118 citas, 34 en el Antiguo Testamento y 84 en el Nuevo Testamento, donde el diablo aparece con distintos nombres como Satanás, el maligno, o el príncipe de este mundo.