Sus acérrimos opositores fueron los
druidas, representantes de los dioses paganos. También sufrió mucho a manos de
los herejes pelagianos, que para arruinar su obra recurrieron inclusive a la
calumnia. Para defenderse, Patricio escribió su Confessio. Por fortuna poseemos
una colección bastante nutrida de esos escritos, que nos muestra algo de el
mismo, como sentía y actuaba.