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martes, 25 de marzo de 2014

Mensaje de María Santísima en Medjugorje (25 de marzo de 2014)

"¡Queridos hijos! Los invito de nuevo: comiencen la lucha contra el pecado como en los primeros días, vayan a la confesión y decídanse por la santidad. 

El amor de Dios fluirá al mundo a través de ustedes, la paz reinará en vuestros corazones y la bendición de Dios los llenará. 

Yo estoy con ustedes y ante mi Hijo Jesús intercedo por todos ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.”

miércoles, 5 de marzo de 2014

Evangelio del Miércoles de Cenizas 2014

Evangelio según San Mateo 6 (1-6 + 16-18)

1 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.

2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.

3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;

4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.

6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.

17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,


18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

martes, 4 de marzo de 2014

Cambio de Hábito

Nota original: Emmanuel Escobar para Gólgota Online

"Sister Act", mejor conocida como "Cambio de Hábito" es una película de 1992 protagonizada por Whoopi Goldberg en la cual se cuenta la historia de una mujer, Deloris Van Cartier, acostumbrada a la vida que solemos llamar "mundana" quien, por una serie de eventos desafortunados, tiene que refugiarse en un convento de monjas y adaptarse a un estilo de vida que le es totalmente ajeno; sintiendo, por muchas razones, una gran aversión a él.

viernes, 15 de febrero de 2013

Homilía del Cardenal Bergoglio por el Inicio de la Cuaresma




La mirada de la Iglesia en este día del comienzo de la Cuaresma está dirigida a nuestro corazón y su relación con Dios, por eso en la oración inicial decíamos que «comenzábamos un camino de conversión.» Lo que Dios quiere, su amor de Padre quiere, es un corazón convertido: que demos un paso más en ese camino de acercarnos a Él, que es Padre, es toda ternura, es misericordia y es perdón.

jueves, 1 de marzo de 2012

Benedicto XVI y la Cuaresma

Por el Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel (obispo de San Cristóbal de las Casas)
Texto original: Zenit


HECHOS

Estamos empezando la Cuaresma. Para algunos, nada significa; su vida sigue igual. Para otros, es ocasión de carnavales previos, donde predominan excesos, inmoralidades, negocios, turismo, pero nada de revisar costumbres y actitudes, para resucitar con Cristo a una nueva forma de ser y de actuar.

lunes, 1 de marzo de 2010

Al Inicio de la Cuaresma

(1) Para saber

Al empezar esta Cuaresma, el Papa Benedicto XVI ha enviado un mensaje donde nos propone reflexionar sobre la justicia. Para ello nos recuerda que: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).

San Agustín decía que si “la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo... no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21). Si bien, los bienes materiales ciertamente son útiles, es más importante para el hombre cubrir la necesidad que tiene de Dios. Pues el hombre, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Lo “suyo” es tener a Dios.

Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha; cambiaron la lógica del recibir y del esperar confiando en los dones de Dios, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta, se quisieron independizar de Dios, experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre.

(2) Para pensar

El hombre necesita de Dios y cuando pretende independizarse de Él, se autodestruye. El Papa nos previene contra esa presunción: para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia que es el origen de nuestras injusticias.

El famoso fabulista Esopo, conocedor de la naturaleza humana, nos muestra en una de sus relatos las consecuencias de engañarnos a nosotros mismos pretendiendo ser más de lo que somos.
Érase un lobo orgulloso de su sombra. Cierto día vagaba el lobo por lugares solitarios, a la hora en que el sol se ponía en el horizonte. Viendo su sombra bellamente alargada exclamó: “¿Cómo me va a asustar el león con semejante talla que tengo? ¡Con treinta metros de largo, bien fácil me será convertirme en rey de los animales!”

Y mientras soñaba con su orgullo, un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo.
Entonces el lobo, cambiando de opinión, tuvo que reconocer y se dijo: “La presunción es causa de mi desgracia”.

(3) Para vivir

Es preciso reconocer que toda salvación nos viene de Jesús. En ello hemos de ahondar en esta Cuaresma. Nos lo afirma San Pablo: “no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús… por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia” (Rm 3,21-25).

Toda salvación, toda justicia, nos viene de la gracia ganada por Jesucristo. No es el hombre el que se cura a sí mismo, sino por Jesús que se sacrificó por nosotros. Ello significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios, que ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante, con su propia sangre.

Hay que descubrir y aceptar la propia indigencia, la necesidad de su perdón y de su amistad. Para ello hace falta humildad. Y así, si queremos alcanzar una auténtica conversión, un propósito para esta Cuaresma podría ser acudir al sacramento de la Penitencia para recibir esa gracia y ser justificados por Jesucristo.

Padre José Martínez Colin