«Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba». (San Francisco de Asís)
«San Juan Pablo II (...) en su primera encíclica, advirtió que el ser humano parece "no percibir
otros significados de su ambiente natural,
sino solamente aquellos que sirven a los fines de
un uso inmediato y consumo". Sucesivamente
llamó a una conversión ecológica global. Pero
al mismo tiempo hizo notar que se pone poco
empeño para «salvaguardar las condiciones morales
de una auténtica ecología humana ». «Benedicto XVI renovó la invitación a "eliminar las causas estructurales de las disfunciones de la economía mundial y corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente"».
La encíclica completa puede leerse o descargarse desde este enlace
