1) Para saber
Leía un chiste sobre un papá que tenía un hijo llamado Pablo el cual se pasaba enfrente de su computadora: jugando, “chateando”, viendo el famoso “youtube”, etc. Por fin consigue iniciar una conversación y le expresa sus deseos: “Pablito, hijo, ya sé que la vida moderna no deja tiempo para platicar sobre nosotros, pero me gustaría conocerte más, saber tus inquietudes, tus anhelos, tus aficiones, tus amigos, en fin, quiero conocerte más”. El hijo con toda naturalidad, antes de retirarse a su computadora, le contesta: “Por supuesto, papá, te añadiré como amigo en "facebook" y para cualquier duda consulta mi blog: www.pablito.com, hasta luego.”
Es notorio lo mucho que algunas sociedades han ido progresando en cuanto a innovaciones técnicas, aunque desgraciadamente hay países que viven rezagados. A muchos jóvenes les es difícil imaginarse vivir sin aparatos electrónicos, el celular o sin “chatear”. Si bien, el progreso técnico ayuda mucho al hombre, hay un peligro: perder en calidad humana. A veces la sociedad se ha ido tecnificando a costa de humanismo.
En vistas a esa deshumanización, hace pocos días Benedicto XVI ha presentado en un lema la clave para volver a humanizar la sociedad y la cultura. El lema consiste en sólo 3 verbos que ayudarán al hombre a no olvidarse de lo esencial: Ora et labora et lege, es decir, “Reza, trabaja y lee”. El Papa tomó el mensaje de san Benito añadiéndole la lectura.
2) Para pensar
Un profesor les hacía a sus alumnos una interesante propuesta: “Si hubiera un banco que te acreditara en tu cuenta 86.400 monedas cada mañana, pero que no fuera válido acumular el saldo disponible para el día al siguiente y, al final del día, cancelara todo la cantidad que no hubieras usado. ¿Qué harías?”
Todos los alumnos contestaron que sacarían cada día hasta el último centavo y gastarían todo el dinero.
El profesor les dijo entonces: “Pues bien, tal banco si existe y se llama tiempo. Cada día te acredita 86.400 segundos y cada noche da por perdidos cuantos hayas dejado de emplear provechosamente. Ya no puedes gastar los segundos que no usaste. Cuando no usas lo disponible ese día, el único que pierde eres tú. No existe recuperación de fondos y tampoco es posible girar cheques sobre el mañana. De cada persona depende invertir este precioso caudal de horas, minutos y segundos para obtener el máximo provecho.”
3) Para vivir
Y para aprovechar bien el tiempo, habría que invertir en las 3 acciones que el Papa nos recomienda: Orar, trabajar y leer. Orar nos permite darle la prioridad de Dios en nuestra vida, y así no vivir con miras puramente humanas y limitadas.
Mediante el trabajo nos hemos de santificar sirviendo a los demás. Y por último, la lectura, podremos comprender mejor a las personas y a la realidad; y nos alimentarnos de las riquezas de la cultura para asimilarla y transmitirla, siempre y cuando sea una lectura basada en la verdad.
Decía el portavoz del Papa, que Benedicto XVI es un testimonio personal y un ejemplo en quien esas 3 acciones ya han hecho que sea un hombre de oración, trabajo y cultura, aportando un gran bien al mundo.