Según la mayor parte de los científicos actuales, todo el universo conocido se habría originado hace cerca de 15 mil millones de años a partir de una «materia primordial» infinitamente pequeña y densa, la cual habría estallado en lo que se conoce como Big Bang (anglicismo que podría traducirse como «Gran Explosión» en nuestra hermosa lengua).
Uno de los aspectos indiscutibles de la ciencia de nuestros días es la necesidad de la verificación experimental, esto es, de corroborar lo que sostenemos o afirmamos como hipótesis o teorías con argumentos demostrables. Entre estos principios se encuentran las llamadas leyes de la Termodinámica, fundamentales para comprender, entre otras cosas, como funcionan sistemas tan cotidianos como los motores de los automóviles o de las heladeras de hoy día.
La primera ley de la Termodinámica nos recuerda el llamado principio de conservación de la energía, esto es, que la energía no se crea ni se destruye.
La segunda ley de la Termodinámica sostiene, en términos concretos, que el desorden de un sistema (la entropía, técnicamente hablando) tiende a incrementarse. Esta ley incluye resumidamente 2 formas o principios:
- el primero (o de Kelvin-Planck), según el cual es imposible extraer de un cuerpo a alta temperatura la totalidad de dicha temperatura para generar un trabajo, sin que parte de ese calor se disipe (es por ello que no existen "motores perfectos")
- el segundo (o de Clausius), según el cual no puede transportarse calor de un cuerpo más frío a otro más cálido sin consumo de energía (no habrá flujo espontáneo de energía de un cuerpo frío a otro más cálido, motivo por el que no existen "heladeras perfectas" y por el cual las compañías de electricidad nutren sus arcas merced a nuestros equipos de refrigeración)
En consecuencia, en todo sistema siempre se consume energía y gran parte de ella es disipada como calor. Esta ineludible premisa se aplica a los seres vivos (como sistemas biológicos que somos), a los artefactos eléctricos, a la computadora que usted está empleando y al universo todo, como sistema que es. De hecho, las estrellas generan una gran cantidad de calor el cual no es energía recuperable.
Siguiendo este modelo, las estrellas en algún momento deberían agotarse en su totalidad. Siempre respetando las inmutables leyes de la termodinámica, es claro que el universo no es eterno (si lo fuera, ya debería haberse "apagado") y probablemente ni siquiera es muy antiguo. Además, dado que los principios físicos son iguales en todo el universo y no varían con el paso del tiempo... ¿cómo explicar la existencia de una partícula infinitamente densa y pequeña, inconcebible para las rígidas leyes de la física, que espontáneamente surgió de una nada previa?
Desde un punto de vista racional y objetivo (científico, en suma), la hipótesis de la Gran Explosión parece más bien una pincelada de imaginación y bella poesía en lugar de una rigurosa y demostrable teoría. Quizás simplemente sea un intento más de hacernos olvidar esa poesía mucho más bella y nada imaginativa, en la cual un Ser infinitamente más inteligente, sabio y pleno de amor que cualquiera de nosotros dio origen ex nihilo al magnífico e inabarcable Universo en que vivimos.
Uno de los aspectos indiscutibles de la ciencia de nuestros días es la necesidad de la verificación experimental, esto es, de corroborar lo que sostenemos o afirmamos como hipótesis o teorías con argumentos demostrables. Entre estos principios se encuentran las llamadas leyes de la Termodinámica, fundamentales para comprender, entre otras cosas, como funcionan sistemas tan cotidianos como los motores de los automóviles o de las heladeras de hoy día.
La primera ley de la Termodinámica nos recuerda el llamado principio de conservación de la energía, esto es, que la energía no se crea ni se destruye.
La segunda ley de la Termodinámica sostiene, en términos concretos, que el desorden de un sistema (la entropía, técnicamente hablando) tiende a incrementarse. Esta ley incluye resumidamente 2 formas o principios:
- el primero (o de Kelvin-Planck), según el cual es imposible extraer de un cuerpo a alta temperatura la totalidad de dicha temperatura para generar un trabajo, sin que parte de ese calor se disipe (es por ello que no existen "motores perfectos")
- el segundo (o de Clausius), según el cual no puede transportarse calor de un cuerpo más frío a otro más cálido sin consumo de energía (no habrá flujo espontáneo de energía de un cuerpo frío a otro más cálido, motivo por el que no existen "heladeras perfectas" y por el cual las compañías de electricidad nutren sus arcas merced a nuestros equipos de refrigeración)
En consecuencia, en todo sistema siempre se consume energía y gran parte de ella es disipada como calor. Esta ineludible premisa se aplica a los seres vivos (como sistemas biológicos que somos), a los artefactos eléctricos, a la computadora que usted está empleando y al universo todo, como sistema que es. De hecho, las estrellas generan una gran cantidad de calor el cual no es energía recuperable.
Siguiendo este modelo, las estrellas en algún momento deberían agotarse en su totalidad. Siempre respetando las inmutables leyes de la termodinámica, es claro que el universo no es eterno (si lo fuera, ya debería haberse "apagado") y probablemente ni siquiera es muy antiguo. Además, dado que los principios físicos son iguales en todo el universo y no varían con el paso del tiempo... ¿cómo explicar la existencia de una partícula infinitamente densa y pequeña, inconcebible para las rígidas leyes de la física, que espontáneamente surgió de una nada previa?
Desde un punto de vista racional y objetivo (científico, en suma), la hipótesis de la Gran Explosión parece más bien una pincelada de imaginación y bella poesía en lugar de una rigurosa y demostrable teoría. Quizás simplemente sea un intento más de hacernos olvidar esa poesía mucho más bella y nada imaginativa, en la cual un Ser infinitamente más inteligente, sabio y pleno de amor que cualquiera de nosotros dio origen ex nihilo al magnífico e inabarcable Universo en que vivimos.