jueves, 1 de noviembre de 2007

Halloween y sus Raíces Históricas

En tiempos de confusión como los actuales, se ha difundido la «celebración» de la festividad oscurantista de Halloween, propia de culturas del hemisferio norte. Reproducimos a continuación un artículo del conocido padre Jordi Rivero, editado originalmente en Corazones.org, que detalla apropiadamente esta temática.

Las raíces paganas de Halloween

Ya desde el siglo VI antes de Cristo, los celtas del norte de Europa celebraban el fin del año con la fiesta de Samhein, fiesta del sol que comenzaba la noche del 31 de octubre. Marcaba el fin del verano y de las cosechas. El colorido de los campos y el calor del sol desaparecían ante la llegada de los días de frío y oscuridad. Creían que aquella noche, el dios de la muerte permitía a los muertos volver a la tierra fomentando un ambiente de muerte y terror. La separación entre los vivos y los muertos se disolvía aquella noche y haciendo posible la comunicación entre unos y otros. Según la religión celta, las almas de algunos difuntos estaban atrapadas dentro de animales feroces y podían ser liberadas ofreciéndole a los dioses sacrificios de toda índole, incluso sacrificios humanos.

Aquellos desafortunados también creían que esa noche los espíritus malignos, fantasmas y otros monstruos salían libremente para aterrorizar a los hombres. Para aplacarlos y protegerse se hacían grandes hogueras. Estas hogueras tuvieron su origen en rituales sagrados de la fiesta del sol. Otras formas de evitar el acoso de estos macabros personajes era preparándole alimentos, montando macabras escenografías y disfrazándose para tratar de asemejarse a ellos y así pasar desapercibidos a sus miradas amenazantes. Es el demonio quien en todas las épocas busca implantar la cultura de la muerte.

Al no conocer al verdadero Dios, aquella gente vivía aterrorizada ante las fuerzas de la naturaleza y las realidades del sufrimiento y la muerte. De alguna forma buscaban desahogar su miedo dándole expresión en toda clase de fantasías. Todo lo feo, lo monstruoso y lo amenazante que se puede imaginar en figuras de animales y seres humanos constituye la base para darle riendas libres a la imaginación del terror.

Mezcla con el cristianismo

Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que algunos las mezclaran. En vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.
Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folklore popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, vampiros y monstruos de toda especie. Desde allí, Halloween se ha propagado por todo el mundo.

Algunas costumbres de Halloween
Trick or Treat

Los niños (y no tan niños) se disfrazan (es una verdadera competencia para hacer el disfraz más horrible y temerario) y van de casa en casa exigiendo trick or treat (truco o regalo). La idea es que si no se les da alguna golosina le harán alguna maldad al residente del lugar que visitan. Para algunos esto ha sido un gracioso juego de niños. Últimamente esta práctica se ha convertido en algo peligroso tanto para los residentes (que pueden ser visitados por violentos), como para los que visitan (hay residentes que reaccionan con violencia y ha habido casos de golosinas envenenadas). En todo caso los comienzos de esta costumbre parece ser que se remonta a la persecución contra los católicos en Inglaterra cuando sus residencias eran presa de amenazas.

La Calabaza

Según una antigua leyenda irlandesa un hombre llamado Jack había sido muy malo y no podía entrar en el cielo. Tampoco podía ir al infierno porque le había jugado demasiados trucos al demonio. Tuvo por eso que permanecer en la tierra vagando por los caminos, con una linterna a cuesta. Esta linterna primitiva se hace vaciando un vegetal y poniéndole dentro un carbón encendido. Jack entonces se conocía como Jack of the Lantern (Jack de la linterna) o, abreviado, Jack-o-'Lantern. Para ahuyentarlo, la gente supersticiosa ponía una linterna similar en la ventana o frente a la casa. Cuando la tradición se popularizó en EE.UU., el vegetal con que se hace la linterna comenzó a ser una calabaza la cual es parte de las tradiciones supersticiosas de Halloween. Para producir un efecto tenebroso, la luz sale de la calabaza por agujeros en forma del rostro de una calavera o bruja.

Fiestas de Disfraces

Una fiesta de disfraces no es algo intrínsecamente malo. Pero si hay que tener cuidado de que el disfraz no tape la conciencia del pudor, del respeto a lo sagrado y de la moral en general.

Jesucristo es victorioso sobre el mal

La cultura moderna, jactándose de ser pragmática y científica, se aparta de Dios considerándolo un mito ya superado. Al mismo tiempo, para llenar el vacío del alma, el hombre de hoy retrocede cada vez más al absurdo de la superstición y del paganismo. Sin la fe, el hombre se arrastra hacia la necesidad de protegerse de fuerzas que no puede dominar. Vive con miedo y necesita expresarlo. Busca de alguna manera con sus ritos exorcizar las fuerzas superiores.

Como católicos, profesamos que sólo Jesucristo nos libera de la muerte. Sólo Él es la luz que brilla en la oscuridad de los largos inviernos espirituales del hombre. Sólo Él nos protege de la monstruosidad de Satanás y los demonios. Sólo Él le da sentido al sufrimiento con su Cruz. Sólo Él es vencedor sobre el horror y la muerte. Sólo Dios basta para quién ha recibido la gracia y vive como discípulo de Cristo. Ante Cristo la cultura de la muerte cede el paso al amor y la vida.