Esta oración se conoce desde antaño como “Credo de San Atanasio” o Quicumque («quien quiera») y se recitaba antes en el Oficio Divino de los domingos. Incluso algunos grupos protestantes lo incluyen entre sus celebraciones.
El texto se atribuye a San Atanasio (siglo IV), pero las iglesias de Oriente lo comenzaron a emplear hacia el siglo XII. Algunos historiadores sitúan su origen en el sur de Francia en el siglo V, ya que la copia manuscrita más antigua se obtuvo de la colección de homilías de San Cesáreo de Arles (503-542).
Reproducimos este bello texto en su original latino y su traducción al castellano.
Quicumque vult salvus esse, ante omnia opus est, ut teneat catholicam fidem:
Quienquiera desee salvarse debe, ante todo, guardar la Fe Católica:
Quam nisi quisque integram inviolatamque servaverit, absque dubio in aeternam peribit.
quien no la observare íntegra e inviolada, sin duda perecerá eternamente.
Fides autem catholica haec est: ut unum Deum in Trinitate, et Trinitatem in unitate veneremur.
Esta es la Fe Católica: que veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en unidad.
Neque confundentes personas, neque substantiam seperantes.
Ni confundimos las personas, ni separamos las substancias.
Alia est enim persona Patris alia Filii, alia Spiritus Sancti:
Porque otra es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo:
Sed Patris, et Fili, et Spiritus Sancti una est divinitas, aequalis gloria, coeterna maiestas.
Pero la divinidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo es una, es igual su gloria, es coeterna su majestad.
Qualis Pater, talis Filius, talis Spiritus Sanctus.
Como el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo.
Increatus Pater, increatus Filius, increatus Spiritus Sanctus.
Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
Immensus Pater, immensus Filius, immensus Spiritus Sanctus.
Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
Aeternus Pater, aeternus Filius, aeternus Spiritus Sanctus.
Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
Et tamen non tres aeterni, sed unus aeternus.
Y, sin embargo, no tres eternos, sino uno eterno.
Sicut non tres increati, nec tres immensi, sed unus increatus, et unus immensus.
Como no son tres increados ni tres inmensos, sino uno increado y uno inmenso.
Similiter omnipotens Pater, omnipotens Filius, omnipotens Spiritus Sanctus.
Igualmente omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo.
Et tamen non tres omnipotentes, sed unus omnipotens.
Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino uno omnipotente.
Ita Deus Pater, Deus Filius, Deus Spiritus Sanctus.
Como es Dios el Padre, es Dios el Hijo, es Dios el Espíritu Santo.
Et tamen non tres dii, sed unus est Deus.
Y, sin embargo, no tres dioses, sino un Dios.
Ita Dominus Pater, Dominus Filius, Dominus Spiritus Sanctus.
Como es Señor el Padre, es Señor el Hijo, es Señor el Espíritu Santo.
Et tamen non tres Domini, sed unus est Dominus.
Y, sin embargo, no tres señores sino un Señor.
Quia, sicut singillatim unamquamque personam Deum ac Dominum confiteri christiana veritate compelimur: ita tres Deos aut Dominos dicere catholica religione prohibemur.
Porque, así como la verdad cristiana nos compele a confesar que cualquiera de las personas es, singularmente, Dios y Señor, así la religión católica nos prohibe decir que son tres Dioses o Señores.
Pater a nullo est factus: nec creatus, nec genitus.
Al Padre nadie lo hizo: ni lo creó, ni lo engendró.
Filius a Patre solo est: non factus, nec creatus, sed genitus.
El Hijo es sólo del Padre: no hecho, ni creado, sino engendrado.
Spiritus Sanctus a Patre et Filio: non factus, nec creatus, nec genitus, sed procedens.
El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo: no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente de ellos.
Unus ergo Pater, non tres Patres: unus Filius, non tres Filii: unus Spiritus Sanctus, non tres Spiritus Sancti.
Por tanto, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
Et in hac Trinitate nihil prius aut posterius, nihil maius aut minus: sed totae tres personae coaeternae sibi sunt et coaequales.
En en esta Trinidad nada es primero o posterior, nada mayor o menor: sino todas la tres personas son coeternas y coiguales las unas para con las otras.
Ita ut per omnia, sicut iam supra dictum est, et unitas in Trinitate, et Trinitas in unitate veneranda sit.
Así, para que la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad sea venerada por todo, como se dijo antes.
Qui vult ergo salvus esse, ita de Trinitate sentiat.
Quien quiere salvarse, por tanto, así debe sentir de la Trinidad.
Sed necessarium est ad aeternam salutem, ut incarnationem quoque Domini nostri Iesu Christi fideliter credat.
Pero, para la salud eterna, es necesario creer fielmente también en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
Est ergo fides recta ut credamus et confiteamur, quia Dominus noster Iesus Christus, Dei Filius, Deus et homo est.
Es pues fe recta que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo , Hijo de Dios, es Dios y hombre.
Deus est ex substantia Patris ante saecula genitus: et homo est ex substantia matris in saeculo natus.
Es Dios de la substancia del Padre, engendrado antes de los siglos, y es hombre de la substancia de la madre, nacido en el tiempo.
Perfectus Deus, perfectus homo: ex anima rationali et humana carne subsistens.
Dios perfecto, hombre perfecto: con alma racional y carne humana.
Aequalis Patri secundum divinitatem: minor Patre secundum humanitatem.
Igual al Padre, según la divinidad; menor que el Padre, según la humanidad.
Qui licet Deus sit et homo, non duo tamen, sed unus est Christus.
Aunque Dios y hombre, Cristo no es dos, sino uno.
Unus autem non conversione divinitatis in carnem, sed assumptione humanitatis in Deum.
Uno, no por conversión de la divinidad en carne, sino porque la humanidad fue asumida por Dios.
Unus omnino, non confusione substantiae, sed unitate personae.
Completamente uno, no por mezcla de las substancias, sino por unidad de la persona.
Nam sicut anima rationalis et caro unus est homo: ita Deus et homo unus est Christus.
Porque, como el alma racional y la carne son un hombre, así Dios y hombre son un Cristo.
Qui passus est pro salute nostra: descendit ad inferos: tertia die resurrexit a mortuis.
Que padeció por nuestra salud: descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos.
Ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis: inde venturus est iudicare vivos et mortuos.
Ascendió a los cielos, está sentado a la derecha de Dios Padre omnipotente; de allí vendrá a juzgar a vivos y muertos.
Ad cuius adventum omnes homines resurgere habent cum corporibus suis: et reddituri sunt de factis propriis rationem.
A su venida, todos los hombres tendrán que resucitar con sus propios cuerpos, y tendrán que dar cuenta de sus propios actos.
Et qui bona egerunt, ibunt in vitam aeternam: qui vero mala, in ignem aeternum.
Los que actuaron bien irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno.
Haec est fides catholica, quam nisi quisque fideliter firmiterque crediderit, salvus esse non poterit. Amen.
Esta es la fe católica, quien no la crea fiel y firmemente, no podrá salvarse. Amén.
Publicado en formato 1.0 en febrero de 2009