En diversos medios de comunicación se ha señalado durante el pasado mes de diciembre un descubrimiento que, en hipótesis, debía sacudir nuestros conceptos sobre la vida extraterrestre.
El anuncio recorrió el mundo entero, con gran expectativa para el mundo científico y el público general. Sin embargo, en realidad, se hizo mención al descubrimiento de un grupo de microorganismos con características especiales y particulares, aquí en nuestra Tierra. El resumen del artículo y sus autores (financiados por la NASA), pueden verse en el portal de la revista Science, en la cual el contenido original fue publicado el pasado 2 de diciembre de 2010.
En castellano, el mencionado resumen expresa que
"La vida está compuesta fundamentalmente por los elementos carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre y fósforo. Si bien estos 6 elementos conforman los ácidos nucleicos, las proteínas y los lípidos y, en consecuencia, la mayor parte de la materia viviente, es teóricamente posible que otros elementos de la tabla periódico cumplan esas mismas funciones. Aquí, describimos una bacteria (la cepa GFAJ-1 de las Halomonadaceae, aislada del Lago Mono de California) la cual sustituye al fósforo por arsénico para mantener su crecimiento. Nuestros datos brindan evidencia del uso de arsénico en macromoléculas que normalmente contienen fósforo, destacándose los ácidos nucleicos y las proteínas. El intercambio de uno de los mayores bioelementos podría tener profundas repercusiones evolucionarias y geoquímicas."
En numerosos medios se ha señalado que este descubrimiento podría explicar la presencia de seres vivos en ambientes extremos, como los que se observan en otros mundos. En la práctica, no se ha agregado a la demostración de la presencia de bacterias en la Antártida, en las capas superiores de la atmósfera o en otras áreas inhóspitas de nuestro propio planeta. Resulta poco probable concebir organismos pluricelulares que puedan adoptar mecanismos similares para su subsistencia (de existir, bajo una perspectiva "evolucionista", los veríamos correteando en condiciones inauditas de supervivencia para otros seres vivos, ya que no tendrían competencia de seres estructurados en fósforo, como nosotros).
Nada en la concepción científica objetiva de la realidad impide la existencia de seres físicos en otros mundos. No obstante, al menos con los medios técnicos actuales, no hemos podido demostrar la presencia siquiera de microorganismos en el universo conocido. De disponer de otros mundos habitados (hecho, reiteramos, posible), sin dudas sus habitantes habrían sido alcanzados por la redención de Cristo (única y universal) quien, de todos modos, eligió encarnarse como un ser humano. Acaso debemos estar atentos a un escenario en el cual podrían condicionarnos a considerar como "normal", "esperable", "entendible" la futura llegada de "extraterrestres" para la "salvación de la humanidad"... que tal vez sólo represente la demostración de los engañosos prodigios de los tiempos finales del Anticristo.