1 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los
hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de
vuestro Padre celestial.
2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando
por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el
fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano
izquierda lo que hace tu derecha;
4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en
lo secreto, te recompensará.
5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan
de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para
ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento
y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y
tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los
hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en
verdad os digo que ya reciben su paga.
17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu
rostro,
18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por
tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.