miércoles, 1 de noviembre de 2006

El Feng Shui



Dentro de las múltiples manifestaciones anticristianas de la New Age, existe la tendencia a incorporar elementos seleccionados de otras culturas para incrementar en forma extrema la confusión general de los pueblos. Uno de los productos más interesantes de esta ensalada desabrida es la relacionada con el llamado Feng Shui.


La traducción del chino es «viento y agua», y se trata de una creencia basada en la «armonización» del entorno con nuestra propia vida. Dentro de la cultura china, se denomina ch´i a la «energía universal», que da vida, amor y sentido a las criaturas vivientes, en especial al hombre (¿no les recuerda a lo que alguna vez discutimos acerca del rei ki?). El citado ch´i («el aliento de la naturaleza») no se distribuiría uniformemente en la realidad, sino que existirían zonas, regiones, alturas y posiciones donde esta «energía» sería más influyente.






Espejo Bagua (según el Feng Shui, es para uso en exteriores para repeler el componente negativo [cha] del ch´i...)




Para darle una mayor complejidad a este pandemonio, el ch´i a su vez contiene principios masculinos y femeninos (yang y yin) y se encuentra irregularmente repartido en los llamados cinco elementos: agua, madera, metal, tierra y fuego. ¿Suena muy enmarañado? Pues bien, esta verdadera fábula es interpretada como una ciencia por sus seguidores, quienes se encargan de decorar viviendas y de los diseños arquitectónicos de las mismas en función de la presunta distribución esotérica de la impersonal energía del ch´i.





Tortuga con cabeza de dragón



Si bien el anticristianismo ya ha infestado a las ciencias de la salud, como ustedes han podido objetivar en distintos artículos de esta sección, la aquí evidente contaminación de la arquitectura ha dado pie a pensar que, además de «amoldarse» a la ubicación del ch´i... se intente la «manipulación» del mismo para los más variados objetivos:

--> Encontrar pareja (ubicando en determinados extremos de la habitación una lámpara de ciertas dimensiones y manteniendo la luz prendida por la noche)

--> Espantar «malas ondas» (las que pondremos en evidencia cuando las lamparitas de luz de nuestra casa o nuestro trabajo se rompan a repetición...)

--> Atraer a los distintos dioses (sic) de la abundancia y de la buena fortuna, para proveernos de prosperidad


Rana de 3 patas (divinidad para atraer la prosperidad de acuerdo a la doctrina politeísta del Feng Shui)

Probablemente, quienes en realidad encuentren mayor prosperidad sean los ambiciosos difusores de estas patrañas sin ciencia ni fe, cuyo principal objetivo es que la confusión, el engaño, la difusión de la ignorancia y la destrucción del cristianismo les permita una generosa ganancia económica en libros, folletos, revistas, televisión y videos sobre el Feng Shui. Acaso si comprendemos su absoluto vacío científico y su profundo contenido politeísta (y por tanto, idolátrico y anticristiano) podremos advertir la magnitud real de esta poco inocente y muy intencionada transculturación.