viernes, 1 de enero de 2010

Navidad y Sociedad Argentina

Todavía queda un inconsciente social de lo que es la Navidad… que haya paz… encuentro familiar… saludos y regalos de amistad… buena comida… Fiesta…

Pero, en muchos, falta lo principal de la fiesta: EL ENCUENTRO CON JESÚS.

Todo el mundo se está preparando para la Fiesta de Navidad… Seamos conscientes que una Navidad sin Cristo es como una nuez podrida. Por muy “sabroso” aspecto que tenga la cáscara, si al romperla encontramos su interior en mal estado, espontáneamente hacemos una mueca de desagrado. Una Navidad sin un encuentro con Jesús no es NAVIDAD, aunque en el almanaque así figure y será una fiesta falseada

Los que tenemos Fe en que Dios nos ama y por eso, nos ha enviado a su propio Hijo, nacido de mujer, la joven de Nazaret, preparemos cuidadosamente la Navidad 2009. Recuperemos la celebración navideña para gozar el plan salvador de Dios. Escuchemos su Palabra. El Evangelio de Jesús nos habla claro sobre qué tenemos que hacer para ser felices. Cómo nos tenemos que comportar entre nosotros para vivir de acuerdo al proyecto salvador. Nos orienta para que logremos las más íntimas y grandes aspiraciones del ser humano. Para que vivamos en armonía fraterna transformados en hermanos de Jesús e hijos de Dios. Para que vivamos la alegría de la igualdad de familia de Dios. Para que, ciudadanos de esta Patria, demos signos de la Patria Celestial conforme al proyecto liberador integral del Dios de Jesucristo. En clave cristiana, Navidad es la Fiesta del amor, la Fiesta de la igualdad en un compartir fraternal. Seamos realistas ¿así será la Fiesta de Navidad en la Argentina de hoy?, ¿cómo se está preparando?

Seamos sinceros… Abiertamente, en forma contraria al plan salvador de Dios al enviarnos a Jesús. Ante tanta desigualdad, injusticia, violencia, hambre, niñez abandonada en la calle, juventud destruida por el alcohol y la droga, adultos decepcionados por falta de trabajo y engañados por el juego, ancianos traicionados en sus ahorros, asoma una pregunta: ¿ dónde está Dios y su plan salvador? NO. La pregunta es ¿dónde están los creyentes en el Dios Jesucristo? ¿Dónde están los católicos en la Argentina de hoy? ¿Cómplices de los responsables de la Patria en ruinas? ¿O cooperadores de Dios en el plan salvador del Dios de Jesús?

El mensaje bíblico es lapidario. Jesús que esperamos en Navidad convoca a construir una nueva historia en justicia y santidad. En Navidad de Jesús se cantó la Gloria de Dios a tiempo que se comprometió a hombres y mujeres de buena voluntad a construir la PAZ. Mensaje que encierra la voz de profetas de todos los tiempos que llaman a la tarea de combatir la avidez del rico, la iniquidad de quienes deben dictar leyes justas y no las dictan, el orgullo tiránico y dominador de gobernantes arrogantes, el vacío del Culto a Dios sin compromiso de un compartir generoso y efectivo con el que menos tiene.

Por eso, en la inmediatez del acontecimiento de Jesús nacido en Belén la pregunta cristiana es ¿qué tenemos que hacer? El más grande y último de los profetas, Juan el Bautista responde en forma terminante: compartan. “El que tenga comida, compártala con quien no tenga nada para comer” Lucas 3,1-18. El compartir produce igualdad de familia creando una sociedad comunitaria. Común-unidad.

Ante la Argentina partida en 2 clases de ciudadanos: quienes tienen hasta un consumismo irritante y vergonzoso y quienes no tienen lo mínimo para consumir, generador de violencia de todo tipo: violencia de dirigentes sin reales políticas de una real justicia social desde una sincera solidaridad; violencia criminal generada por la desesperación y drogadicción, al amparo del vil enriquecimiento con la extrema pobreza ¿qué significa una auténtica celebración de Navidad 2009? Tomar el compromiso, con suma urgencia, de formar chicas y muchachos en la dimensión social del Evangelio de Jesús, nacido en la pobreza de un pesebre. La Argentina necesita dirigentes honestos y servidores. De lo contrario, la sociedad argentina seguirá autodestruyéndose por la injusticia, la violencia y la droga.

Homilía de monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma para el tercer domingo de Adviento ((13 de diciembre de 2009)