viernes, 1 de enero de 2010

San Francisco Javier





El Papa Pío X nombró a San Francisco Javier como Patrono de todos los misioneros porque fue sin duda uno de los misioneros más grandes que han existido, siendo llamado con justa razón el "gigante de la historia de las misiones".

San Francisco empezó a ser misionero a los 35 años y murió con tan sólo 46 años. En 11 años recorrió la India (país inmenso), el Japón y varios países más. Su deseo de ir a Japón era tan grande que exclamaba: "si no consigo barco, iré nadando". Fue un verdadero héroe misional.

El santo nació cerca de Pamplona (España) en el castillo de Javier, en el año 1506. Fue enviado a estudiar a la Universidad de París, y estando allí conoció a San Ignacio de Loyola con quien estableció una sólida y bonita amistad. San Ignacio le repetía constantemente la famosa frase de Jesucristo: "¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo?" y fue justamente esta amistad y las frecuentes pláticas e intensas oraciones lo que transformó por completo a San Francisco Javier, quien fue uno de los siete primeros religiosos con los cuales San Ignacio fundó la Compañía de Jesús o Comunidad de Padres Jesuitas.

Su gran anhelo era poder misionar y convertir a la gran nación china. Pero en ese lugar estaba prohibida la entrada a los blancos de Europa. Al fin consiguió que el capitán de un barco lo llevara a la isla desierta de San Cian, a 100 kilómetros de Hong Kong, pero allí lo dejaron abandonado, se enfermó y consumido por la fiebre, murió el 3 de diciembre de 1552, pronunciando el nombre de Jesús, a la edad de 46 años.

Años más tarde, sus compañeros de la congregación quisieron llevar sus restos a Goa, y encontraron su cuerpo incorrupto, conservándose así hasta nuestros días. San Francisco Javier fue declarado santo por el Sumo Pontífice en 1622 junto con Santa Teresa, San Ignacio, San Felipe y San Isidro.

Los santos tienen sus planes de apostolado que a veces no llegan a poder cumplirse, sólo Dios sabe por qué. Porque Dios conoce todo, lo escondido, lo oculto y lo que todos ven.

Gran Santo fue San Francisco Javier; imitémosle en la fe y en sus ansias de misionar, pero tanto da ir a China como quedarse en el mismo lugar donde vimos la luz un día; lo importante de verdad es hablar de Dios a las gentes y llenarles el corazón de deseos de obras de piedad. Hoy se reza poco y se reza mal; hay que rezar para pedir por los demás y no sólo por nosotros. Seamos misioneros también en la oración, que esto agrada en abundancia al Señor Nuestro Dios, Jesucristo, Rey y Salvador.


Padre Jesús para CatholicosOnLine