Lourdes…
Me trae a la memoria
hermosas inquietudes
de pequeñas historias,
de almas
en busca de consuelo
y de esperanza
mientras miran al cielo.
Me trae a la memoria
hermosas inquietudes
de pequeñas historias,
de almas
en busca de consuelo
y de esperanza
mientras miran al cielo.
Lourdes…
Querido santuario
donde las multitudes
que acuden a diario
conocen la oración,
se acercan a María
y tras la confesión
se llenan de alegría.
Lourdes…
Sonrisa de la Virgen,
que descubren
quienes se dirigen
hacia la gruta
cargados de emoción
y viven la ternura
que Ella les transmitió.
Lourdes…
Sabes que es cierto
que quienes acuden
hasta allí enfermos,
vuelven con paz:
recuperados
o sin curar,
pero cambiados.
José García Velázquez
Segovia, 11 de febrero de 2007
Entre el jueves 11 de febrero y el viernes 16 de julio de 1858, la Virgen Santísima se apareció en 18 ocasiones a la pastorcita de 14 años Bernardita Soubirous en la gruta de Massabielle, en las cercanías de Lourdes.
En estas apariciones, la Madre de Dios transmitió un mensaje de penitencia, le enseñó a rezar el Rosario, le señaló que era la Inmaculada Concepción y solicitó la construcción de una capilla.
Hoy es Lourdes uno de los centros de peregrinación mariana más importantes del mundo y en el que se han realizado muchos milagros sorprendentes.
Si bien fue León XIII quien concedió la fiesta conmemorativa de las apariciones, con oficio y misa propia, se reconoce a San Pío X como el Pontífice que extendió la celebración a toda la Iglesia Católica en 1907.