"Jesús llama a los pobres y sencillos pastores por medio de los ángeles para manifestarse a ellos. Llama a los sabios por medio de su misma ciencia. Y todos, movidos por la fuerza interna de su gracia, corren hacia él para adorarlo." (San Pío de Pietrelcina)
martes, 25 de mayo de 2010
jueves, 13 de mayo de 2010
Nuestra Señora de Fátima (13 de Mayo)

Dios Mío, yo creo, adoro, espero y te amo.
Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente,
y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes
con que Él es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús
y los méritos purísimos del Inmaculado Corazón de María
te pedimos la conversión de los pecadores.
Amén.
(Del Ángel de Fátima a Francisco, Jacinta y Lucía)


viernes, 7 de mayo de 2010
martes, 4 de mayo de 2010
Rosario por los Sacerdotes


sábado, 1 de mayo de 2010
¡Feliz Día del Trabajador!


Derechos Humanos para Todos: Pueblos Originarios
Fui invitado a participar en un Foro, que se realizó en la sede del Senado de la República, promovido por senadores y diputados federales que integran la Comisión de Concordia y Pacificación, establecida en 1995 para coadyuvar en la solución del conflicto armado que se hizo público el 1 de enero de 1994 en Chiapas, y que intenta ahora retomar los llamados "Acuerdos de San Andrés", firmados por el Gobierno y por los comandantes del EZLN, pero que no se plasmaron en la reforma constitucional de 2001. Comparto algo de lo que expuse en esta ocasión.
Según algunos censos, en toda América hay más de 42 millones de indígenas; en México, hay cerca de 14 millones, de 56 etnias reconocidas. Sufren graves ataques a su identidad y supervivencia, pues la globalización económica y cultural pone en peligro su propia existencia como pueblos diversos. Su progresiva transformación cultural provoca la rápida desaparición de algunas lenguas y culturas. La migración, forzada por la pobreza, está influyendo profundamente en el cambio de costumbres y de relaciones entre ellos mismos. Sin embargo, se constata una clara emergencia de diversas etnias, que se hacen cada vez más presentes en la sociedad, exigiendo sus derechos.
Los datos estadísticos nacionales confirman que la mayoría de los indígenas no gozan de todos los derechos que, como mexicanos, debemos disfrutar, sino que viven empobrecidos y excluidos. Es limitado el derecho a la vida, pues muchas madres indígenas no tienen atención médica y alimentación suficiente durante el embarazo, por lo cual muchas abortan sin pretenderlo, algunas mueren en el parto, o nacen los hijos en condiciones infrahumanas. No gozan el derecho a la salud, pues en sus pueblos se dan los más altos índices de desnutrición y mortandad infantil. Es muy doloroso que enfermedades curables, sean mortales para ellos sólo porque no hay médicos ni medicinas a su alcance. No gozan el derecho a la educación escolar básica, pues en sus pueblos subsiste el analfabetismo.
No idealizamos las culturas indígenas, pues estamos conscientes de que hay también injusticias entre ellos mismos, marginación de la mujer, esclavitud a ciertas costumbres, tradiciones que no siempre respetan los derechos de todos y se imponen decisiones comunitarias que no toman en cuenta los derechos individuales. Hay intolerancias hacia las diferencias, hacia la diversidad, tanto en la política como en la religión. Todavía quedan unos lugares, cada día menos, donde no se tolera que alguien o algunos cambien hacia otra preferencia religiosa; a veces se les amenaza, se les expulsa y se viola su derecho a la libertad religiosa, consagrada en la Constitución y defendida por nuestra Iglesia.
Nosotros no alentamos la intolerancia; no promovemos que se les cobren cuotas para festividades religiosas, ni que se les impongan cargos de un credo diferente al propio. Hemos insistido en que las asambleas comunitarias deben respetar los derechos de todos a profesar la religión de su preferencia; sin embargo, no siempre nos hacen caso, pues para muchos la costumbre y la decisión de la asamblea es lo único que vale; no las leyes civiles, ni la Biblia. En contrapartida, también los católicos sufrimos intolerancias y ofensas de otras religiones.
Es de justicia reconocer que los gobiernos federal, estatal y municipal, en los sexenios y trienios pasados, han canalizado muchos recursos a Chiapas y a Estados con población indígena, para superar el rezago histórico que han padecido estos pueblos. Sin embargo, es tanto el desnivel y el desequilibrio en comparación con otras zonas y otros grupos sociales, que aún resta mucho para que llegue la justicia a estos mexicanos, hermanos nuestros y parte radical de nuestra historia y de nuestra identidad nacional. Desconocerlos es negarnos a nosotros mismos.
ACTUAR
Debemos caminar al unísono de nuestros hermanos indígenas, en el momento actual en que ellos irrumpen en la sociedad, reclamando el reconocimiento de su identidad cultural. Escuchar con respeto sus propuestas, sus inquietudes, sus necesidades, antes de proponer y aprobar nuevas leyes. Aunque se desee hacerles un bien, esto no se logrará sin tomarlos en cuenta a ellos. No basta escuchar a los no indígenas que decimos hablar por ellos; es de justicia darles la palabra y escucharlos con humildad.
Hay que avanzar en el reconocimiento de su personalidad jurídica como pueblos distintos, con historia e identidad propia. Reconocer, con los límites convenientes, su derecho a una legítima autonomía, autodeterminación y autogestión, dentro de la necesaria y pluriforme unidad nacional. Reconocer su derecho a disponer de sus territorios históricos y a ser consultados cuando se planean y se ejecutan obras o proyectos en sus tierras. Reconocer sus sistemas de elección de autoridades por medios distintos a los partidos políticos. Reconocer sus sistemas jurídicos y educativos, sus idiomas, su forma de hacer justicia y de resolver diferencias. Encontrar formas jurídicas para evitar más intolerancia religiosa, combinando los derechos comunitarios y los individuales.


Papas y Flores
¿Estado Vegetativo...?
Entre las causas más comunes de estas lesiones, se destacan los accidentes viales, así como los traumatismos de cráneo de otro origen, las hemorragias cerebrales atribuidas a aneurismas y las infecciones, como las encefalitis o las meningitis.
En términos clásicos, es habitual la distinción entre el estado vegetativo persistente (la ausencia de respuesta sostenida y reproducible, voluntaria o refleja, ante la aplicación de un estímulo) y el estado mínimo de conciencia (la presencia de signos inconstantes de alerta, pero sin capacidad para la comunicación interpersonal). Esta diferenciación parece sencilla, pero la tasa de errores, aún en manos experimentadas, puede superar holgadamente el 30%.
Estos enfermos suelen ser el blanco favorito tanto de la aberración homicida de la eutanasia como del grave error de la distanasia o encarnizamiento terapéutico. Sin embargo, la resonancia magnética nuclear funcional parece haber abierto un nuevo e interesante camino. Así, de acuerdo con los resultados de un grupo de investigadores británicos y belgas, alrededor del 10% de estos enfermos con alteraciones neurológicas conservan actividad cerebral voluntaria.

En el trabajo publicado en el reconocido semanario médico The New England Journal of Medicine (accesible aquí), se llevó a cabo un modelo de simulación de movimientos por computadora. Mediante la mencionada resonancia funcional, los expertos advirtieron que, en algunos de estos enfermos, el cerebro reconocía los estímulos y se provocaban respuestas a nivel químico. En este contexto, confirmaron además que un subgrupo de pacientes mantenía cierto nivel de alerta, en abierta contradicción con el concepto tradicional de estado vegetativo: estos enfermos podían modular en forma voluntaria su actividad cerebral.
Por lo tanto, en estas potenciales presas de la cultura de la muerte (“vidas que no merecen ser vividas”, como proclamaban los nazis), existen claras evidencias de la persistencia de los niveles de alerta y de actividad cognitiva. ¿Acaso la resonancia magnética funcional permitirá retomar un nivel de comunicación con los pacientes que no parecen responder a estímulos? Además de mejorar de manera contundente la calidad de vida de estos enfermos crónicos, gozaremos de una oportunidad más para gozar de la gloria de Dios, tanto en el hermano enfermo y sufriente, émulo de Cristo, como en la gracia maravillosa de la comunicación que nos hace humanos.


El Elixir de la Vida
En este tiempo pascual la Iglesia nos invita a alegrarnos con la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, ya que no sólo ha vencido a la muerte, sino que, además, nos ha hecho capaces de recibir esa nueva vida sobre la cual la muerte no tiene dominio, es decir, nos ha traído la vida de la gracia.


El Bien Inalterable del Matrimonio y la Familia
Al pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
1. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm 2,4). Por eso estableció con el hombre un diálogo de salvación, que culminó en el encuentro con Jesucristo, Señor nuestro y compañero de camino. La Iglesia está llamada a extender este diálogo a la convivencia humana. El diálogo para ser fecundo debe ser claro, afable, sencillo y confiado. Todo esto lleva implícito el respeto a la persona que vive, siente y piensa de un modo diferente. Todos estamos llamados al amor de Dios. La claridad del diálogo exige un discernimiento en orden a reconocer la verdad, sobre la cual los pastores no podemos callar. Esto no supone menosprecio ni discriminación.


Reunión entre Víctimas de Abuso y Benedicto XVI


¿Arrestar al Papa?
Lo dijo en respuesta a unas informaciones en la prensa según las cuales 2 conocidos ateos británicos, Richard Dawkins y Christopher Hitchens, han encargado a un jurista de la ONU que detenga a Benedicto XVI "por crímenes de lesa humanidad" cuando viaje a Gran Bretaña en visita de Estado en septiembre.

