"Debemos destacar la vocación mariana de Belgrano, pues cumple en reiteradas ocasiones con el culto o devoción a la Virgen María. Las sesiones consulares, donde él es secretario, estaban bajo la Santísima y Purísima Concepción de María, bajo cuya advocación se iniciaba cada sesión presidida por Belgrano."
"Por esta misma época, en el Correo de Comercio afirma que la religión es el sostén principal e indispensable del Estado y el apoyo firme de las obligaciones del ciudadano. Volúmenes enteros, dice, no son bastantes para descubrir todas sus conexiones con la felicidad pública y privada. «Riámonos de las virtudes morales, que no estén apoyadas por nuestra Santa Religión. La razón y la experiencia nos lo enseñan constantemente»".
"Recomienda a los párrocos que atiendan «más a los pobres vivos que a los pobres muertos». Cada parroquia debía ser una escuela de capacitación educativa y de trabajo para que ambos sexos puedan alcanzar un futuro promisorio, al margen de fomentar en cada una de ellas el cuidado de la salud y la seguridad."
"En sus Memorias, cartas y otros documentos hace manifestaciones muy concretas de respeto hacia la Santísima Virgen María. Destaca indudablemente el aspecto maternal y sobre todo el carácter mediador que ella tiene frente a su Hijo Jesús. El misterio de la Purísima Concepción cobra valor inusitado en el accionar de Belgrano, pues constituye el símbolo que identifica a los americanos en momentos de producirse la Revolución y la Independencia. Es el Misterio de la Inmaculada Concepción que se opone al Misterio de los Derechos de Fernando VII que esgrimen los separatistas" (...)
"Belgrano en su diario de marcha al Rosario, así como en sus campañas al Paraguay y Banda Oriental (1811-1812); y su posición frente al Ejército Auxiliar del Perú (1812-1813 y 1816-1819), a través de bandos, proclamas y ordenanzas para el ejército y la población, constituyen un corolario por demás revelador de su respeto por la Santísima Virgen. Con motivo de la Batalla de Tucumán pone bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes la suerte de su ejército. Tributa ante la victoria un homenaje muy sentido a la Santísima Virgen, nombrándola Patrona y Generala del Ejército, entregándole su bastón de mando."
"Belgrano, como católico práctico difundió la devoción a la Santísima Virgen a través del Rosario, novenarios, misas, angelus, etc., al punto que Bartolomé Mitre dijo que su ejército parecía una legión romana sujeta a las normas de una orden monacal. Su amor a la Virgen se puso de manifiesto en sus homenajes, haciendo llegar las banderas y trofeos tomados al enemigo para ser depositados a los pies de la Virgen del Rosario o de la Inmaculada Concepción de Luján o de Nuestra Señora de las Mercedes en Tucumán."
"Toda la documentación esta signada por su devoto amor a María, considerándola fundamento de fe cristiana y refugio de todos los pueblos del mundo. Belgrano inicia dos grandes devociones, el rezo del Rosario y el uso del escapulario, que los soldados llevan en sus pechos" (…)
"Al compulsar los distintos diarios militares advertimos que en todos ellos exhorta al patriotismo de sus tropas e invoca reiteradamente a la Divina Providencia y a los auxilios de María Santísima para alcanzar la Independencia de la América del Sur. Su visión es integradora y pone a la Santísima Virgen de la Merced como Generala del Ejército y "Patrona de la libertad de América". Exalta el amor al orden que deben tener los soldados y oficiales del Ejército y con ello el respeto a las autoridades y fundamentalmente a «Nuestra Santa Religión»" (...)
"Belgrano siempre se definió como católico, apostólico y romano, pero fundamentalmente esto lo ataba a conservar el patrimonio de su tierra y velar por el bienestar del común. Ponía a Dios como testigo de su responsabilidad y a la Santísima Virgen como tributaria de la libertad y la Independencia de América en todo tiempo."
Cristina Minutolo de Orsi