jueves, 1 de septiembre de 2011

Predicciones Demográficas Poco Creíbles


Algunos se alegrarán de saber que la ONU todavía otorga su bendición y financiamiento para alertar sobre el peligro de la “sobrepoblación”… una vez más. Por supuesto, son los que viven de este mito.


Al parecer, la División de Población de la ONU decidió que sus predicciones previas sobre crecimiento de la población fueron demasiado moderadas. Es por eso que fueron más drásticos en su reporte de 2010, aumentando casi todas sus cifras. De acuerdo con los nuevos cálculos, para 2050, la población mundial habrá alcanzado 9300 millones, varios cientos de millones más que en sus reportes anteriores. No sólo eso, en lugar de empezar a disminuir en ese punto, la ONU sostiene que las cifras se irán para arriba hasta finales de siglo alcanzando los 10100 millones en 2100.

Pero estas nuevas predicciones son un insulto a la inteligencia de todos los que sabemos algo del comportamiento de la fertilidad humana. Todos y cada uno de los factores que influyen en la fertilidad, con la única excepción de los avances en tecnología reproductiva, se mueven en dirección contraria a los nacimientos. La edad al casarse, la edad del primer parto, el nivel de educación, etc., tienden a una menor fertilidad. De hecho, las tasas de natalidad están cayendo en todas partes del mundo, más rápido y más allá de lo que cualquiera podría haberse imaginado tan solo unas décadas atrás.

El Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) admite que 79 países, incluyendo varias docenas de los menos desarrollados, tienen índices de fertilidad que están por debajo del nivel necesitado para asegurar la supervivencia de la población a largo plazo. Y la mayor parte del resto está por cruzar la línea de déficit demográfico dentro de algunas décadas. Parece que todos lo saben menos los expertos en demografía de la ONU.

Fingiendo tener todo bajo control, el PNUD predice que los índices de natalidad se moverán de algún modo por encima del nivel de reemplazo nuevamente. Así como lo leen. Ellos afirman, en forma despreocupada y sin mostrar evidencia alguna, que las personas de países con baja fertilidad se enamorarán de los niños de nuevo repentinamente.

Por favor, ¿en qué planeta viven estos señores?

Actualmente muchos de los adultos jóvenes en Europa, Latinoamérica, Asia y demás continentes, están demasiado enamorados del estilo Sex and the City y de una alegrona vida de soltería como para pensar en el matrimonio. Y sobre reemplazarse a sí mismos mucho menos aún. En promedio una mujer sueca soltera da a luz un niño cuando su reloj biológico está por alcanzar la medianoche, pero difícilmente estará en capacidad de concebir un segundo hijo. Lo que se suponía que era la familia perfecta, “un niño para tí y una niña para mí y que el cielo nos ayude si tenemos tres”, ha caído en desuso por las familias modernas en su camino a la extinción. El decreciente número de familias tradicionales ha sido incapaz de llenar el vacío de fertilidad que se ha creado.

Se supone que PNUD tenía la obligación de ser objetivo en sus predicciones, pero su último aporte de “ciencia” sugiere que va en otra dirección. En realidad, después del retiro del Director Joseph Chamie, sus pronósticos parecen ser dirigidos más y más por la política que por la ciencia. Últimamente, se han producido números que intentan presentar  que la población podría crecer pero traicionando la evidencia que proviene de la realidad.

La razón de esto, me temo, es que el Fondo de Naciones Unidas para Actividades de Población (UNFPA) provee parte del presupuesto del PNUD. Y UNFPA es, ha sido y será una organización para el control poblacional. UNFPA parece estar usando sus fondos para persuadir al PNUD en producir cifras que luego justifiquen la labor de UNFPA en inducir a países pobres al mantenimiento y expansión de políticas de control natal y aborto.

Hay una crisis poblacional real, por supuesto. Hablo de la crisis del envejecimiento de la población y el despoblamiento de regiones enteras, para la cual no parece haber una solución fácil. Esta crisis, provocada por la reducción de la cantidad de capital humano disponible, tendrá un dramático y negativo impacto en todos los aspectos de la vida. Peter Drucker, el último gurú de la administración, escribió atrás en 1997 que “el factor dominante para los negocios en las 2 siguientes décadas (si es que no se produce una guerra o una epidemia de proporciones o si es que no chocamos contra un cometa) no será económico o tecnológico, sino será demográfico”.

Drucker estuvo particularmente preocupado por el “decrecimiento de la población de los países desarrollados”, pero una década después esta desgracia reproductiva ha afectado incluso al mundo menos desarrollado, constituyéndose en un verdadero fenómeno global.

La ONU debería dejar de gastar dinero, tiempo y recursos tratando de resolver un problema que nunca hemos tenido. La ciencia muestra que la población mundial está por disminuir dramáticamente, no aumentando incontrolablemente. Las cifras, y el sentido común que se desprende a partir de éstas, sugieren que se debería promover la procreación sin riesgo en países que están desapareciendo, o pronto lo estarán. Su terca opción ideológica, y para nada científica, sólo es un componente de la tragedia demográfica actual.

Las personas son, y siempre han sido, nuestro recurso más valioso. Cualquiera de nosotros, rico o pobre, es una creación única con algo invalorable que ofrecer al resto de la comunidad humana.

Autor: Steve Mosher (Population Research Institute)