martes, 2 de diciembre de 2014

Sermón sobre el Diablo Tentador

Fragmento del sermón del mismo nombre de San Juan Crisóstomo (siglo IV)

He aquí los cinco caminos de conversión: 
- primero, la reprobación de nuestros pecados
- después, el perdón concedido a las ofensas del prójimo
- el tercero consiste en la oración
- el cuarto, en la limosna
- el quinto, en la humildad. 

No te quedes, pues, inactivo, sino que sigue cada día todos estos caminos; son caminos fáciles y no puedes poner como pretexto tu miseria.

Porque, aunque tú vivas en la mayor pobreza, puedes abandonar tu cólera, practicar la humildad, orar asiduamente y reprobar tus pecados; tu pobreza no es obstáculo para nada de ello. Si es verdad que en este camino de conversión se trata de dar sus riquezas, la misma pobreza no nos impide de cumplir el mandamiento. Lo vemos claramente en la viuda que daba sus dos pequeñas monedas.


Ahí tenemos cómo curar nuestras heridas; apliquemos el remedio. Retornados a la verdadera salud, acerquémonos apresuradamente a la mesa santa y con gran gloria vayamos al encuentro del rey de la gloria, Cristo. Obtengamos los bienes eternos por la gracia, la misericordia y la bondad de Jesucristo nuestro Señor.