Recientemente el Papa Francisco, después de
rezar el Ángelus al mediodía, reflexionó sobre el evangelio del Hijo Pródigo.
Comentaba que nos habla de un Dios gozoso, "porque la alegría de Dios es
perdonar, es la alegría de un padre que vuelve a recibir en casa al hijo que se
había perdido".
Recordó que "la misericordia es la
verdadera fuerza que puede salvar al hombre del 'cáncer' que es el pecado… solo
el amor llena los vacíos que el mal abre en el corazón". Jesús es todo
misericordia y cada uno de nosotros es ese hijo que ha desperdiciado su propia
libertad siguiendo ídolos falsos, espejismos de felicidad, y lo ha perdido todo.
El Papa afirmó que Dios es el Padre que no nos
abandona jamás, es un Padre paciente que nos espera siempre. Respeta nuestra
libertad, permanece siempre fiel, y cuando volvemos a Él, nos acoge como hijos,
en su casa, porque no deja jamás, ni siquiera por un momento, de esperarnos,
con amor. "¡Aquí está todo el Cristianismo!", subrayó emocionado. El corazón
de Dios está de fiesta por cada hijo que vuelve, y tiene esta alegría, cuando
uno de nosotros, pecadores, va a Él y pide su perdón", aseguró.
2) Para pensar
En este mes de septiembre Hernán Prado sufrió de
manera violenta la pérdida de su hermano Sebastián, un médico de 36 años, quien
fue asesinado frente a sus dos hijos en Mendoza, Argentina.
Sebastián se encontraba en su vehículo, cuando
llegó un encapuchado intentando robarle su vehículo. El médico se resistió al
asalto, por lo que el delincuente le disparó tres balazos. Sebastián murió en
la sala de operaciones, mientras sus colegas intentaban salvarlo.
La reacción de Hernán sorprendió a la sociedad
al ofrecer su perdón al criminal: “Si Dios nos perdona día a día y nos da la
oportunidad de 'reiniciarnos', ¿cómo no voy a ser capaz de perdonar a un
semejante?”, dijo entre lágrimas, durante una marcha por el “perdón y
arrepentimiento”.
Hernán declaró: “El que mató a mi hermano es
también un hermano mío. Esto es lo que quiero inculcarle a mis sobrinos e
hijos: yo elijo el perdón. Yo soy católico, creo en Jesucristo, por eso, si me
encontrara cara a cara con el asesino de Sebastián, lo abrazaría, lloraría
mucho, y le diría que puedo ser como un hermano. Que lloro por mi hermano, y
lloro por él… De hecho, si viene y habla conmigo, yo no voy a entregarlo. Ese
es trabajo de la justicia. Si pide perdón, para mí es suficiente”.
Hernán recordó el llamado del Papa Francisco a
salir a donde está la gente que necesita amor, y concluyó: “Una persona que
mata, es una persona que no ha tenido amor. Si no empezamos con eso, va a ser
muy difícil".
3) Para vivir
En su reflexión de la parábola, el Papa advirtió
que a veces se cae en las actitudes del hermano mayor, cuando "presumimos
que somos justos, y juzgamos a los demás y a Dios, porque pensamos que debería
castigar a los pecadores, condenarlos a muerte, en lugar de perdonar". Pero
"si en nuestro corazón no hay misericordia, la alegría del perdón, no
estamos en comunión con Dios, incluso si cumplimos todos los preceptos; porque
es el amor el que salva".
Finalmente, recomendó no vivir según la ley
del 'ojo por ojo, diente por diente', porque jamás se saldría de la espiral del
mal. Al contrario, comprometió a todos a rezar "por quienes estamos enojados
y que no queremos".