jueves, 1 de diciembre de 2011

Moral Benetton

Publicado por Diario Castellanos (Rafaela, Argentina)


Al grupo Benetton siempre le gustaron las situaciones equívocas. No es de extrañar, los Benetton son equívocos y su ideal no es ser como los demás sino que éstos sean como ellos, equívocos.


Se presentó la nueva campaña Benetton en París. Poco se podrá leer sobre la ropa, por la sencilla razón de que no les interesaba que la campaña apuntara a la indumentaria sino al escándalo. Una política de negocios tan inmoral como la firma que la utiliza, la cual ha descubierto que no importa lo que se diga en tanto sea mencionada.

Benetton vende a través del escándalo. En una época lo disfrazaba de humanismo. Ahora lo define como posición “Unhate”, contra el odio. De esta manera intenta invitar a los “habitantes del mundo a combatir la cultura del odio“, de acuerdo a lo publicado por el propio grupo.

Si el amor global sigue siendo una utopía compartida, la invitación a no odiar, a combatir la cultura del odio, representa un objetivo ambicioso pero realista”, sostiene Alessandro Benetton, vicepresidente ejecutivo de la firma. Para ello no se les ocurrió nada mejor que recurrir a la fotografía, pero en forma de fotomontaje. Así se muestra al Papa Benedicto XVI besando en la boca a Ahmed Mohamed el-Tayeb, imán de la mezquita Al-Azhar en El Cairo; al presidente de los Estados Unidos Barack Obama, besando a su apasionado par chino, Hu Jintao. Obama es el único que se repite, ya que otra secuencia lo muestra baboseándose con Hugo Chávez. También el presidente palestino Mahmoud Abbas y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu son mostrados fundidos en un beso, al igual que los líderes de Corea del Norte y Corea del Sur. No podían faltar el francés Nicolas Sarkozy y la alemana Angela Merkel en el único beso heterosexual de la serie.

La campaña de Benetton es miserable, para darle un calificativo mejor del que merece. Y no invita a no odiar, como expresa su postulado, todo lo contrario, porque ni siquiera es graciosa. Tampoco es de extrañar, el humor nunca fue un elemento definible del mundo Benetton. La campaña apunta a denigrar, a poner en ridículo, a generar reacciones viscerales de quienes se sienten agredidos.

A no dudar, Ahmed Mohamed el Tayeb tiene en Egipto muchos más seguidores que Joseph Ratzinger, a quien muchos egipcios deben ignorar, pero sin dudas se sentirán ofendidos por la bajeza del trato a su líder religioso. Un hecho que se repetirá de una y otra forma según los personajes.

No es un dechado de labor fotográfica el trucaje digital. Hoy cualquier canalla habilidoso y bien pagado podría mostrar a Teresa de Calcuta en una tapa de Playboy o armar imágenes pedófilas como las que suelen comercializar ciertos depravados.

Los Benetton no apuntan al rencor personal de sus retratados sino al de la gente en general. La burla está dirigida contra miles de imbéciles que considerarán las fotos como auténticas y emitirán juicios de valor contra lo que ven en ellas.

La revista Colors, la empresa United Colors of Benetton, el mismo grupo Benetton, juegan a confundir a la gente. La negación del odio no está en la homosexualidad ni en la heterosexualidad sino en el respeto por los demás, en el respeto por sus creencias y por sus sentimientos. Su actitud de canallas, con mucha antigüedad en el ejercicio de la perversión, los lleva a imaginar que cada uno de los que compran sus productos cree en sus postulados carentes de moral y se sienten representados por ellos.

A partir de ahora sería bueno que, aquellos que aún piensan, se dieran cuenta que consumir un producto Benetton no es sino aceptar que un grupo de perversos se esté burlando de ellos como clientes y seres humanos.