Un informe realizado por Cáritas Argentina - Región Buenos Aires y el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) revela una alarmante situación de desigualdad social y exclusión en los hogares del área metropolitana (AMBA), zona que reúne a 2.9 millones de personas en la Capital Federal y a 9.9 millones en los 30 partidos del conurbano bonaerense, lo que representa una concentración cercana al 32% de la población del país.
El estudio fue presentado hoy en el edificio Santa María de la UCA, de Puerto Madero, en el marco de una conferencia de prensa de la que participaron Agustín Salvia, investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social Argentina UCA; Marcelo Dallorso, director de Cáritas Lomas de Zamora; Daniel Gassmann, director de Cáritas Buenos Aires, y Emilio Gabrielli, vicepresidente de Cáritas San Isidro.
El informe tuvo como objetivo, se explicó, “contar con un diagnóstico actualizado y profundo, sobre las condiciones materiales de vida y las capacidades de acceso a recursos de desarrollo humano e integración social por parte de la población que habita en la región metropolitana más importante del país”.
Tras precisar que “tiene como propósito fundamental ampliar el debate y lograr una mejor definición de los contenidos de la agenda de las políticas públicas”, asegura que “para poder llevar a cabo este cometido, se tomó una amplia serie de indicadores capaces de monitorear de manera sistemática, amplia y profunda el estado de la marginalidad, la desigualdad y la exclusión de las personas que habitan en la región”.
Pobreza y marginación
El relevamiento determinó que “mientras casi la mitad de los hogares de la Ciudad de Buenos Aires se ubican en el estrato más alto de la clasificación socioeconómica (25% de hogares con mayor nivel socioeducativo), en el conurbano bonaerense un tercio de los hogares pertenecen al estrato más bajo. Esta proporción se incrementa casi al 60% cuando se consideran de manera agregada a los hogares de los dos estratos más bajos con residencia en el conurbano”.
“Un dato especialmente relevante es que casi el 10% de los hogares del AMBA residen en villas o asentamientos precarios. Siendo también esta incidencia algo mayor en el conurbano bonaerense que en la ciudad Capital (8%). Obviamente, esta diferencia es aún más marcada si se comparan totales de población. Por otra parte, cabe destacar que el 65% de los hogares que habita en villas o asentamientos precarios reside en el conurbano bonaerense mientras que el 35% restante lo hace en la Capital Federal”, se afirma.
Asimismo, se advierte sobre la situación de hacinamiento de muchos hogares de la región, donde “la imposibilidad de acceder a una vivienda segura y de contar con otros importantes recursos del hábitat urbano, como lo son la existencia de un entorno barrial ambiental adecuado y el pleno acceso a los servicios básicos de infraestructura urbana, afectan especialmente a los sectores más pobres de la estratificación socioeconómica del AMBA”.
“En casi un 8% de los hogares y un 13% de la población que reside en el AMBA habitan en viviendas donde se registra la presencia de tres o más personas por cuarto. Esta proporción se incrementa al 1.5% de la población del conurbano y desciende a 0.4% en la ciudad Capital. Un dato especialmente relevante es que la incidencia en materia de hacinamiento en los hogares con niños menores de 18 años a nivel del conurbano duplica el promedio general. El 17% de los hogares con niños y el 20% de la población que habita en hogares con niños padecen de esta situación”, se especifica.
Riesgo alimentario y en materia de salud
Los hogares del AMBA muestran un riesgo alimentario del 13%, cifra que disminuye a 6% en la ciudad Capital y aumenta a 16% en el conurbano. De igual manera se ve cómo el no tener ropa o calzado adecuados afecta más al conurbano (11%) en comparación con la Ciudad de Buenos Aires (2%).
En lo que respecta a la salud un 29% de los hogares del AMBA no cuentan con cobertura médica, un 20% no asiste al médico y un 19% hace recortes en medicamentos. Esta situación nuevamente es más desfavorable dentro del conurbano donde un 35% de los hogares no cuenta con cobertura médica, un 24% no asiste al médico y un 23% debe realizar recortes en medicamentos. En la Ciudad de Buenos Aires estas cifras alcanzan al 14%, 10% y 9% respectivamente.
Otro dato alarmante es la propensión al trabajo infantil de los menores de entre 5 y 17 años, así como también la no asistencia a la escuela y el déficit escolar de los adolescentes de entre 12 y 17 años.
Uno de cada diez hogares con niños, al menos uno de ellos, ejerce actividades laborales, sin encontrarse diferencias entre el conurbano bonaerense y la ciudad Capital. En lo relativo al déficit de asistencia a la escuela por parte de hogares con niños de 13 a 17 años, en el AMBA es de un 30% del total, pero la diferencia entre Ciudad de Buenos Aires y Conurbano es significativa dado que en el Conurbano este déficit (32%) supera al de la ciudad Capital (23%).
En lo que respecta a la salud un 29% de los hogares del AMBA no cuentan con cobertura médica, un 20% no asiste al médico y un 19% hace recortes en medicamentos. Esta situación nuevamente es más desfavorable dentro del conurbano donde un 35% de los hogares no cuenta con cobertura médica, un 24% no asiste al médico y un 23% debe realizar recortes en medicamentos. En la Ciudad de Buenos Aires estas cifras alcanzan al 14%, 10% y 9% respectivamente.
Otro dato alarmante es la propensión al trabajo infantil de los menores de entre 5 y 17 años, así como también la no asistencia a la escuela y el déficit escolar de los adolescentes de entre 12 y 17 años.
Uno de cada diez hogares con niños, al menos uno de ellos, ejerce actividades laborales, sin encontrarse diferencias entre el conurbano bonaerense y la ciudad Capital. En lo relativo al déficit de asistencia a la escuela por parte de hogares con niños de 13 a 17 años, en el AMBA es de un 30% del total, pero la diferencia entre Ciudad de Buenos Aires y Conurbano es significativa dado que en el Conurbano este déficit (32%) supera al de la ciudad Capital (23%).
Situación laboral
La situación laboral de la población adulta de la región del AMBA arroja como resultado que es la población adulta de los estratos socioeconómicos y residenciales más bajos la que presenta mayor riesgo de desempleo recurrente, la que tiene el menor acceso a empleos de calidad, así como también la que tiene el mayor déficit de seguridad social y de satisfacción laboral.
Mientras que el riesgo de desempleo es levemente inferior al 26% para el total del AMBA, dicha cifra se supera levemente hacia el conurbano y disminuye a 23% al mirar la Ciudad de Buenos Aires. En cuanto al trabajo precario (51% en el total del AMBA) es el conurbano, nuevamente, la jurisdicción que se encuentra desfavorecida (54%) en comparación con la Ciudad de Buenos Aires (43%). La inseguridad social afecta al 46% de la población de 18 años o más del AMBA, al 49% de la del conurbano y al 38% de la ciudad Capital. Por último, la insatisfacción laboral del 19.9% en el AMBA, aumenta en cifra al ver el conurbano (20.7%) y disminuye al mirar la Ciudad de Buenos Aires (17.7%).
Mientras que el riesgo de desempleo es levemente inferior al 26% para el total del AMBA, dicha cifra se supera levemente hacia el conurbano y disminuye a 23% al mirar la Ciudad de Buenos Aires. En cuanto al trabajo precario (51% en el total del AMBA) es el conurbano, nuevamente, la jurisdicción que se encuentra desfavorecida (54%) en comparación con la Ciudad de Buenos Aires (43%). La inseguridad social afecta al 46% de la población de 18 años o más del AMBA, al 49% de la del conurbano y al 38% de la ciudad Capital. Por último, la insatisfacción laboral del 19.9% en el AMBA, aumenta en cifra al ver el conurbano (20.7%) y disminuye al mirar la Ciudad de Buenos Aires (17.7%).
Consideraciones finales
Cáritas Argentina y la UCA concluyen que “la superación del empobrecido y desigual escenario social que presenta la principal región metropolitana del país, además de ser una obligación ética y moral para quienes concentran recursos políticos, económicos y sociales, constituye una transformación posible de ser realizable a escala humana”.
“Quizás, el principal escollo -cuestionan- para ello sea todavía la imposibilidad de unir al conjunto de las voluntades políticas, económicas, sociales y culturales detrás de un horizonte estratégico de desarrollo que coloque a la superación de la pobreza, la igualdad de oportunidades y a la integración social como prioridades de la política de Estado”.
Por esto, proponen que en este período de los “Bicentenarios 2010-2016”, además de hacer un balance es necesario “proyectar con esperanza y actuar la transformación de un país que a pesar de sus amplias riquezas mantiene todavía una extendida e injusta deuda social con sus ciudadanos”.
“Quizás, el principal escollo -cuestionan- para ello sea todavía la imposibilidad de unir al conjunto de las voluntades políticas, económicas, sociales y culturales detrás de un horizonte estratégico de desarrollo que coloque a la superación de la pobreza, la igualdad de oportunidades y a la integración social como prioridades de la política de Estado”.
Por esto, proponen que en este período de los “Bicentenarios 2010-2016”, además de hacer un balance es necesario “proyectar con esperanza y actuar la transformación de un país que a pesar de sus amplias riquezas mantiene todavía una extendida e injusta deuda social con sus ciudadanos”.