miércoles, 1 de agosto de 2012

El Año de la Fe y un Testimonio Histórico

Autor: Padre Martínez Colin

(1) Para saber

Acercándose el inicio del “Año de la Fe”, que será en octubre de este año, el Papa Benedicto XVI comentó el pasaje del Evangelio donde Jesús va al lugar donde creció, en Nazaret. Sucede que estando ahí, los lugareños no creen en el Señor. De ahí deriva la expresión: “Nadie es profeta en su tierra”, que significa que nadie es reconocido por los más cercanos (cf. Mc. 6,4).

 

Después de que Jesús había dejado Nazaret y ya desde hacía un tiempo estaba predicando y curando por otros lugares, regresó una vez a su pueblo y se puso a enseñar en la sinagoga. Aunque sus conciudadanos estaban sorprendidos por la sabiduría de Jesús, se escandalizaban de Él. Comenta el Papa que este hecho es comprensible, porque la familiaridad en el plano humano hace que sea difícil abrirse a la dimensión divina (Mc 6,5).

Los milagros de Cristo no son una exhibición de poder, sino los signos del amor de Dios, que tiene lugar allí donde encuentra la fe del hombre.

(2) Para pensar

De pie y en fila junto con su pelotón del Ejército Rojo, Taavi, un soldado joven, ya había resuelto en su mente lo que iba a decir… Los oficiales estaban preguntando a cada uno de los soldados la misma pregunta: -"¿Eres cristiano?" "No", fue la respuesta que iban dando. Entonces se acercaron al más próximo: "¿Eres cristiano?" "No", contestó también. Los jóvenes reclutas permanecían parados en atención, con la mirada fija hacia delante.

Algunos pensaban que afirmar su condición de cristiano les traería la muerte. Los interrogadores se acercaron un poco más al joven estonio de 18 años de edad, que había sido reclutado por el Ejército Rojo durante la ocupación de su país por los soviéticos. Taavi era creyente desde hacía varios años. Aunque en su país solo se les permitía ir a la iglesia a los mayores de edad, la abuela de Taavi había compartido el evangelio con su joven nieto. Él había aceptado al Señor como su Salvador, y aunque no le era permitido asistir al templo, su abuela le enseñaba lo que iba aprendiendo durante la semana. Los interrogadores se acercaron. Taavi nunca dudó de cuál sería su respuesta. Varios años atrás había tomado una firme decisión, la de ser un cristiano coherente y leal, pero aún así estaba nervioso. Cuando los oficiales llegaron a su lugar en la fila, le preguntaron: "¿Eres cristiano?". Sin vacilar, Taavi dijo con voz clara, "Sí, soy cristiano".

"Entonces ven con nosotros", fue la orden del oficial. Taavi los siguió al instante. Subieron a un vehículo y se dirigieron hacia el edificio donde estaba la cocina y el comedor. Taavi no tenía la más mínima idea de lo que estaba por suceder, y aunque esperaba lo peor, obedeció las órdenes. Los oficiales le dijeron: "Te vamos a sacar del entrenamiento de combate. Eres cristiano y sabemos que no vas a robar, por lo tanto te vamos a colocar en la cocina". En la cocina se gestaba la mayor operación de mercado negro del Ejército Rojo. En ella se llevaba a cabo el contrabando y la venta ilegal de alimentos para los hambrientos soldados. Ellos sabían que la presencia de Taavi reduciría el robo.

Los oficiales soviéticos sabían que si estaba dispuesto a dar la vida, tampoco robaría el alimento para venderlo por su cuenta. Con su testimonio heroico, Taavi se sintió más fuerte en su fe, además de que comió mejor a partir de entonces.


(3) Para vivir

El Papa se pregunta, ¿cómo es posible que no reconocieran la luz de la Verdad? ¿Por qué no se abren a la bondad de Dios, que quiso compartir nuestra humanidad? Jesús de Nazaret es la transparencia de Dios, en Él Dios permanece plenamente.

Concluía el Papa: En ocasiones buscamos signos extraordinarios o milagros para creer, sin darnos cuenta que el Signo real es Él, Dios hecho carne, Él es el milagro más grande del universo: todo el amor de Dios contenido en un corazón humano, en el rostro de un hombre. Aprendemos de la Virgen María, nuestra Madre en la fe, a reconocer en la humanidad de Cristo la revelación perfecta de Dios.