A partir de la tarea encomendada por Jesucristo, de anunciar el Evangelio
por todo el mundo, la Iglesia tiene como misión fundante cumplir esta
encomienda. Es por esto que las iglesias tienen campanas y por esto es
que san Pablo se desplazó al mundo pagano para predicar al “Dios
desconocido” en el areópago de los griegos.
La Iglesia ha sabido valerse de la
poderosa cobertura de los medios masivos de comunicación social y ha
incursionado en ellos para dar cumplimiento a su misión.
El Papa Pío XI encargó a Guillermo
Marconi -el inventor de la radio- la implementación de Radio Vaticana,
que salió al aire el 12 de febrero de 1931 como la primera radiodifusora
del mundo.
Juan Pablo II emprendió una novedosa
evangelización mediante frecuentes viajes apostólicos y en 1983
instituyó el Centro Televisivo Vaticano.
Benedicto XVI, aprovechando las
tecnologías digitales, implementó el Canal de la Santa Sede en Youtube
el 23 de enero de 2009, y luego, el 12 de diciembre de 2012 lanzó su
primer mensaje vía Twitter inaugurando así la novedosa manera de
anunciar el Evangelio en las redes sociales.
Es evidente que a sus 85 años el Papa se
interesa en estos nuevos modos de comunicación vertiginosa e
interactiva. De este interés ha dado cuenta en el mensaje “Redes
sociales, portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la
evangelización” que, con ocasión de la XLII Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales de 2013, presentó el 24 de enero, festividad de
san Francisco de Sales, patrono de escritores y periodistas.
En su mensaje, el Santo Padre expresa
que “estos espacios, cuando se valorizan bien y de manera equilibrada,
favorecen formas de diálogo y de debate que, llevadas a cabo con
respeto, salvaguarda de la intimidad, responsabilidad e interés por la
verdad, pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y
promover eficazmente la armonía de la familia humana. El intercambio de
información puede convertirse en verdadera comunicación, los contactos
pueden transformarse en amistad, las conexiones pueden facilitar la
comunión. Si las redes sociales están llamadas a actualizar esta gran
potencialidad, las personas que participan en ellas deben esforzarse por
ser auténticas, porque en estos espacios no se comparten tan solo ideas
e informaciones, sino que, en última instancia, son ellas mismas el
objeto de la comunicación”.
La visión del Papa Benedicto sobre la
interacción en las redes sociales se dirige hacia un compromiso que para
muchos no ha sido considerado aun; y así explica que “las personas se
sienten implicadas cuando han de construir relaciones y encontrar
amistades, cuando buscan respuestas a sus preguntas, o se divierten,
pero también cuando se sienten estimuladas intelectualmente y comparten
competencias y conocimientos. Las redes se convierten así, cada vez más,
en parte del tejido de la sociedad, en cuanto que unen a las personas
en virtud de estas necesidades fundamentales. La cultura de las redes
sociales y los cambios en las formas y los estilos de la comunicación
suponen todo un desafío para quienes desean hablar de verdad y de
valores”.
El Papa muestra abiertamente su deseo de
anunciar el Evangelio mediante las tecnologías digitales cuando afirma
que las redes sociales “se beneficiarán de la plena participación de los
creyentes que desean compartir el Mensaje de Jesús y los valores de la
dignidad humana que promueven sus enseñanzas. En efecto, los creyentes
advierten de modo cada vez más claro que si la Buena Noticia no se da a
conocer también en el ambiente digital podría quedar fuera del ámbito de
la experiencia de muchas personas para las que este espacio existencial
es importante” y señala que “en las redes sociales se pone de
manifiesto la autenticidad de los creyentes cuando comparten la fuente
profunda de su esperanza y de su alegría: la fe en el Dios rico de
misericordia y de amor, revelado en Jesucristo. Este compartir consiste
no solo en la expresión explícita de la fe, sino también en el
testimonio, es decir, en el modo de comunicar preferencias, opciones y
juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso
cuando no se hable explícitamente de él”.
Las redes sociales -Facebook y Twitter
entre ellas- solamente son, como los medios de comunicación, portadores
de los mensajes que transmiten, pero la responsabilidad de su contenido
ya es de cada usuario. Benedicto XVI recalca, por su parte, que “las
redes sociales, además de instrumento de evangelización, pueden ser un
factor de desarrollo humano”.
El mensaje del Papa invita a utilizar
responsablemente estos medios en los que cada quien muestra quién es y
en qué cree. Si es en la verdad… la verdad hablará por sí misma.