viernes, 1 de febrero de 2013

Picos y Pájaros: Los Pinzones de Darwin

Fuente: Jonathan Wells (Survival of the Fakest, The American Spectator, 2001)
Versión en castellano Santiago Escuin para SEDIN, Girona, España

Un cuarto de siglo antes que Darwin publicase El Origen de las Especies, estaba formulando sus ideas como naturalista a bordo del barco británico de exploración H.M.S. Beagle. Cuando el Beagle visitó las Islas Galápagos en 1835, Darwin recogió especímenes de la fauna y flora autóctona, incluyendo algunos pinzones.






Aunque los pinzones tuvieron en realidad poco que ver con el desarrollo de la teoría evolucionista de Darwin, han atraído una considerable atención de parte de los modernos biólogos evolucionistas como evidencia adicional de la selección natural. En la década de 1970, Peter y Rosemary Grant y sus colegas observaron un aumento de un 5% en el tamaño de los picos después de una intensa sequía, debido a que los pinzones se quedaron sólo con semillas difíciles de partir. El cambio, aunque significativo, era pequeño; sin embargo, algunos darwinistas pretenden que explica incluso el origen primero de la especie de los pinzones.


Un opúsculo publicado en 1999 por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos describe los pinzones de Darwin como «un ejemplo particularmente convincente» del origen de las especies. El opúsculo cita el trabajo de Grant y explica cómo «un solo año de sequía en las islas puede llevar a cambios evolutivos en los pinzones». Dicho opúsculo calcula también que «si se dan sequías alrededor de cada 10 años en las islas, podría surgir una nueva especie de pinzón en unos meros 200 años».


Pero este opúsculo silencia que los picos de los pinzones revirtieron a la normalidad después que volvieron las lluvias. No hubo una evolución neta. De hecho, hay diversas especies de pinzones que actualmente parecen estar mezclándose mediante hibridación, en lugar de divergiendo por selección natural tal como lo demanda la teoría de Darwin. La supresión de la evidencia para dar la impresión de que los pinzones de Darwin confirma que la teoría evolucionista bordea la mala práctica científica. 


Según el biólogo de Harvard Louis Guenin (escribiendo en Nature en 1999), las leyes sobre títulos garantizados de los Estados Unidos nos proporcionan «nuestra fuente más rica de directrices experimentales» para definir qué constituye mala práctica científica. Pero un corredor de bolsa que diga a sus clientes que se puede esperar de unas acciones determinadas que doblen de valor en veinte años porque subieron un 5% en 1998, a la vez que oculta el hecho de que las mismas acciones descendieron en un 5% en 1999, podría ser acusado de fraude con toda razón. Como escribió el catedrático de derecho de Berkeley Phillip E. Johnson en The Wall Street Journal en 1999: «Cuando nuestros científicos líderes tienen que recurrir a la especie de distorsión que llevaría a un corredor de bolsa a la cárcel, es que están en un verdadero aprieto.»