viernes, 1 de marzo de 2013

Satanás nos Explica la Redención

Fuente: Fragmento de "Cartas de un Demonio a Otro", del Padre Leonardo Castellani

  
Maestro Mandinga a Juancho Mengue

Querido sobrino y sujeto:


Has recibido mi traslado y nombramiento. Hemos recibido la noticia de tu fracaso con tu paciente el Pe­riodista, que nos ha dado disgustos y pasmo. No por tu informe su­mamente deficiente y recortado, sino por el Pateta, que mandó un informe completo de "conversión a su fe de la primera Comunión", que disgustó grandemente a Nuestro Padre de Abajo. Por supuesto que tendrás el castigo prescripto por nuestras reglas infernales; pero no ahora mismo, pues Nuestro Padre de Abajo decidió suspenderlo por ahora por la gran importancia que él asigna a tu Pa­ciente y al periodismo en general; y ha prometido suprimirlo si ob­tienes dos victorias, cosa que no pega con su falta de benignidad por cierto. El dato de que la conversión la hizo el párroco Meterete Turulato (que Nuestro Padre llama San Nadie) nos ha estremecido pues ese es el peor enemigo que tenemos en esa región del Argento. No la pone Pateta como dato cierto, lo mismo que el noviaz­go con la uruguaya Madreselva López y López, que él califica de muy muy católica y que debemos buscar en nuestro archivo, por-que nos suena el nombre. Menos mal que a pesar de su conversión subsiste su enemistad con el Comisario Barroso; según parece.

A las preguntas contestaré si acaso en mi próxima. ¿A quién se le ocurre poner al fin de un informe infeliz y manco unas cuan­tas preguntas necias?

Cordialmente. Mandinga
  

Otra carta de Maestro Mandinga a Mengue   

Te llamo "sobrino" (o sea Sobrinosujeto) porque sencillamen­te ese es nuestro parentesco espiritual. Sabrás que el Badulaque Tomás de Aquino enseñó que entre los ángeles hay algo como pa­rentesco, pues siendo así que los superiores tienen por misión "ilu­minar" a los que tienen debajo, vienen a ser como padres de ellos; pues la fusión de nociones intuitivas viene a sernos como un en­gendrar, dado que las ideas angélicas son nuestra vida. Nosotros dejamos de ser ángeles, pero no de ser espíritus. Claro que esa ca­dena de iluminaciones (que los Híbridos llamarían generaciones) procede en definitiva del enemigo Innominable Padre; pero noso­tros nos hemos alzado con ellas y somos independientes. En los , ángeles una iluminación es definitiva; en nosotros debe renovarse a tiempos, pues nuestra sustancia quedó debilitada con , la Caída, que no fue caída sino independencia de los dos Innominables. Pues bien, yo que te he iluminado la última vez prefiero llamarme "Tío" y no "Padre"; porque aborrezco esa denominación. 

La pregunta acerca de lo que los Híbridos llaman "Eucaristía" es necia. La otra acerca los mismos "Híbridos" o sea Humanos ya deberías saberla: después de nuestra Caída, el Innominable Padre decidió crear de nuevo; pero ángeles no, sino una mezcolanza de espíritu y carne; o sea de animales con viento adentro, a los cuales quiso favorecer. y le fallaron peor que nosotros. Pero el Innomina­ble es sumamente testarudo y quiso crearlos de nuevo, a lo cual llamó "Redención", ocurrencia que con nosotros no tuvo. ¿Y cómo efectuó esa nueva creación? No adivinarás nunca lo estrafalario del arbitrio. ¡Mandó a la tierra al Innominable Hijo y lo hizo Híbrido; sin que dejase de ser lo que era antes (según dijo él) cosa que ni creemos ni dejamos de creer! De modo que ahora el Innominable Chico subsiste pegado a un híbrido, para escarnio nuestro, sus­tancialmente; o hipostáticamente como dicen esos bicharracos que se llaman " Teólogos".

¿Cómo me pongo a contestar tus preguntas ociosas, después de tu papelón? Porque me dice Pateta en una breve nota que estás trabajando como un tigre en la recaída de tu periodista y que por lo pronto no lo han extrañado de su Don Nadie. Bien, adelante con los faroles.
Con intenso afecto (maligno). Mandinga