1) Para saber
Ante una plaza de San Pedro repleta como no se
veía desde el inicio del verano, el papa Francisco comentó
el pasaje del Evangelio en que le preguntan a Jesús: “¿Señor, son pocos quienes
se salvan?” Jesús responde diciendo: “Esfuércense de entrar por la puerta
estrecha, porque muchos intentarán entrar pero no lo lograrán”.
El Papa cuestionaba: “¿Qué nos quiere decir
Jesús? ¿Cuál es la puerta por la que tenemos que entrar?” Y respondía: Jesús se
nos muestra como la puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el
calor de la casa de Dios. Jesús es el camino a la salvación. Y la puerta que es
Jesús siempre está abierta a todos sin distinción, no excluye a nadie.
El Papa se dirigía a quien pensara que está excluido
por ser un gran pecador: “No, no estás excluido, justamente eres el preferido,
porque Jesús prefiere a los pecadores para perdonarlos, para amarlos. Jesús te
está esperando para abrazarte. No tengas miedo, Él te espera. Anímate, toma
coraje para entrar por su puerta”.
2) Para pensar
Se cuenta que un reino estaba en guerra y su
rey causaba espanto y terror. Cuando apresaba prisioneros, en vez de matarlos los
llevaba a una sala donde había varias puertas. Unas de apariencia agradable y
atractivas, pero entre todas había una puerta negra de hierro, sobre la cual se
veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre… Les decía que
escogieran una, pero les advertía que detrás de unas había un grupo de arqueros
que los haría morir.
Los prisioneros escogían todas menos la puerta
negra, pues les causaba espanto, pero siempre encontraban la muerte.
Al terminar la guerra, un fiel soldado se
dirigió al soberano: “Señor, ¿qué hay detrás de la puerta negra?”
El rey respondió: “Averígualo tú mismo”.
El soldado se dirigió temerosamente a la
puerta. A medida que la abría, rayos de sol entraban... Y, sorprendido,
descubrió que se abría a un camino... ¡¡¡a la LIBERTAD!!!
El soldado, maravillado, miró a su rey, quien
le dijo: “Yo les daba la oportunidad de elegir, pero nunca me preguntaron cuál
era la correcta. Muchas veces el hombre elige la puerta equivocada sin
consultar y pensando que sabe cuál es la mejor y resulta ser su perdición”.
3) Para vivir
El Papa nos invita a entrar por la puerta de
la fe, aceptar que Jesús entre en nuestra vida, que Él la transforme, la
renueve, de dones, de gozo pleno y duradero.
Advertía que hoy en día pasamos delante de muchas
puertas que nos invitan a entrar, prometiéndonos una felicidad y después nos
damos cuenta que solo dura un instante y no tiene futuro: “Querría decir con
fuerza: no tengamos miedo de entrar por la puerta de la fe en Jesús, de salir
de nuestros egoísmos, de nuestras indiferencias hacia los demás. Porque Jesús
ilumina nuestra vida como una luz que no se apaga más, no es como un fuego de
artificio, no es un flash, es una luz tranquila que dura siempre, y nos da paz”.
La de Jesús es una puerta angosta, porque nos
pide reconocernos pecadores, necesitados de su salvación, de su perdón, de su
amor. Terminó el Papa pidiéndole a la Virgen María, Puerta del Cielo, que nos
ayude a entrar por la puerta de la fe y a dejar que su Hijo trasforme nuestra
existencia.