Nota original: Stefano Fontana para Observatorio Internacional para la Doctrina Social de la Iglesia
¿Cuándo nació la exigencia de una nueva evangelización? Como el autor
de esta expresión fue Juan Pablo II, uno podría pensar que las
exigencias por una nueva evangelización se manifestaron al inicio de su
pontificado. Digamos, en los años ochenta.
Sin embargo,
dirigiéndose a los obispos reunidos en Roma para el Sínodo sobre la
nueva evangelización, el Papa Benedicto XVI ha recordado que, al final,
incluso el Concilio Vaticano II fue convocado para responder a las
exigencias della nueva evangelización. Por tanto, hay que retroceder
las agujas del reloj.
Concluyendo el Sínodo sobre la nueva
evangelización, el Papa ha retrocedido las agujas aún mas, mucho más.
Ha declarado que la urgencia de una nueva evangelización nació a
mediados del siglo XIX, cuando la sociedad comenzó a construirse sin Dios o en contra de Dios, cuando comenzó el proceso moderno de la
secularización.
Me parece que retrodatar es muy importante y no creo que le haya sido dedicada una suficiente atención. Esto
significa que desde Pío IX a Benedicto XVI la Iglesia se dedica a un
solo proyecto: poner a Dios en el centro de la vida personal y
comunitaria. Ha existido una sola Iglesia, durante todos estos años, un
solo objetivo: los Pontífices no se han contradicho entre sí, la Iglesia
antes del Concilio tenía el mismo objetivo que la Iglesia después del
Concilio.
La especificación del Papa Benedicto XVI trae consigo
una notable reiteración del concepto de la secularización. Se dice, a
menudo, que la secularización moderna ha sido posible por el mismo
cristianismo; esto, es un hecho positivo ya que permite su purificación:
quitando a Dios del mundo, la Fe se volvería finalmente Fe, y quedaría
como ideología. Examinemos las cosas con paciencia.
La secularización de la religión ha ya acontecido y la sociedad sigue su camino como si Dios no existiera. La secularización también implica la secularización ética;
es decir, la exclusión de la vida social, política y jurídica de los
grandes principios de la ley natural. La religión privatizada implica la
privatización de la moral: cada uno da la suya. La cosa interesante es
que a este proceso se suman la secularización espiritual e interior de
los mismos creyentes. Si uno se ve obligado a actuar en público como si
Dios no existiese, a organizar su vida sin una moral, es lógico que
ogranizará su vida interior bajo la duda y el escepticismo.
Si
aceptar la secularización significa aceptar que Dios no tenga nada que
decirnos sobre la organización de la sociedad, entonces preparemonos
también para aceptar otras 2 secularizaciones: la babel también
afecta a la moral (como ya está sucediendo) y también afectará la vida
interior de los creyentes (como ya es el caso).
La fecha del
nacimiento de la nueva evangelización, que el Papa Benedicto XVI ha
indicado recientemente, nos dice mucho sobre su naturaleza. Se trata de
poner a Dios en el centro de todo y no aceptar una secularización
entendida como una exclusión de Dios en la esfera pública con la idea de
que Su puesto se encuentra en la esfera privada. Eliminado de la
esfera pública también vendrá eliminado de la esfera privada: la lógica
de la secularización es coherente y despiadada.
"Jesús llama a los pobres y sencillos pastores por medio de los ángeles para manifestarse a ellos. Llama a los sabios por medio de su misma ciencia. Y todos, movidos por la fuerza interna de su gracia, corren hacia él para adorarlo." (San Pío de Pietrelcina)
sábado, 10 de noviembre de 2012
¿Cuándo Comenzó la Exigencia por la Nueva Evangelización? Vivir como si Dios no Existiera...
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Publicado por
Revista Fides et Ratio
en
7:51
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