jueves, 6 de diciembre de 2012

Sentencias y Aforismo Políticos (Padre Castellani)

Fuente: "Sentencias y aforismos políticos. Aportes al diálogo político" (Padre L. Castellani, 1981).

18. A la Argentina, si algo la salva, será la religión y no la política. De acuerdo; pero eso no quita que la política no sea una actividad noble y necesaria. Los antiguos la llamaban el arte de las artes; y el viejo Aristóteles dijo que era la ciencia más importante después de la metafísica; y, a veces, antes. 

19. Santo Tomás, después de explicar por qué Aristóteles dijo que era la ciencia más alta, va luego, y en la Ética dice que la política era la ciencia más importante; después dijo el Tomás por su cuenta, que era la obra de misericordia más grande, pues si uno da una limosna o sepulta a un muerto, hace un bien a un individuo o a uno que ya ni siquiera es individuo; pero el buen gobernante descubre, explica y efectúa el bien común, que es el bien de todos; por lo menos, de muchos. 

20. Claro que estos antiguos entendían la política como una ciencia y el arte del bien común; pero a nosotros ya nos han enseñado en las clases de educación democrática, que la política consiste en apoderarse del gobierno, por las buenas o por las malas, a tuertas o derechas, crear ministerios con muchas subsecretarías, dar puestos lucrativos a los compinches, pronunciar discursos bombásticos, dividir el tiempo en que van a gobernar (sin decir cuánto van a durar ellos), en dar palos a diestro y siniestro, inventar impuestos; e ir armando una maquinaria electoral que gane seguro con fraude o sin fraude (mejor con fraude), no dar elecciones libres; sin olvidar hacerse un buen bodigo en bancos de Suiza, para un caso de vejez, invalidez, enfermedad o que los saquen a patadas. 

21. "La política primero" no quiere decir que la política esté por encima de todo, religión incluso; sino que, en ciertos adjuntos, llega a ser lo primero, no en la dignidad, sino en el tiempo. 

22. En la Argentina si no se resuelve primero el problema político, no se puede resolver ninguno de los otros, aunque sean en sí superiores o principales. Sean económicos o financieros, religiosos, artísticos, o el sempiterno problema de la educación.