domingo, 27 de mayo de 2012

Pentecostés

Fuente: Agencia Zenit

Benedicto XVI anunció este domingo de Pentecostés, tras la oración del Regina Coeli, que el místico español san Juan de Ávila y la santa benedictina alemana Hildegarda serán declarados doctores de la Iglesia. Dos modelos, indicó el Papa, que fueron iluminados por la gracia del Espíritu Santo con dones en la comprensión y diálogo hacia el mundo, lo que les vuelve particularmente importantes en la nueva evangelización. “El próximo 7 de octubre, en el inicio de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, proclamaré a san Juan de Ávila y a santa Hildelgarda de Bingen, doctores de la Iglesia universal” indicó el Papa.




El santo padre puede otorgar oficialmente el título de Doctor de la Iglesia a los santos que se destacaron por su erudición y como maestros de fe. Son más de treinta los santos a quienes la Iglesia concedió dicho reconocimiento. “Dos grandes testimonios de la fe vivieron en períodos históricos y en ambientes culturales muy diversos”: Hildegarda, monja benedictina en la Edad Media, y Juan, sacerdote diocesano en el Siglo de Oro español. “Si bien la santidad de la vida y la profundidad de la doctrina los vuelven perennemente actuales”.




Poco antes, en la homilía de la misa de Pentecostés, celebrada en la basílica de San Pedro, el santo padre recordó que Pentecostés es la fiesta de la unión, de la comprensión y de la comunión humana”.
Y si bien gracias al desarrollo tecnológico es posible estar más en comunicación y reducir las distancias “la comunión entre las personas frecuentemente es superficial y dificultosa”. Recordó también la dificultad del diálogo entre las generaciones, y que “asistimos a hechos cotidianos en los cuales parece que los hombres se estén volviendo más agresivos y peleadores”.
Y como la narración bíblica de la Torre de Babel “contiene una perenne verdad, que podemos ver a lo largo de la historia pero también en nuestro mundo”. 

“Un reino en el cual los hombres han concentrado tanto poder que piensan (…) construir una vía que los lleve al cielo para poder abrir sus puertas y ponerse en el lugar de Dios”. Y que por ello “mientras intentaban ser como Dios corrían el riesgo de no ser ni siquiera hombres” porque “habían perdido la capacidad de ponerse de acuerdo, entenderse y trabajar juntos”.

Después de la misa y del Regina Caeli, Benedicto XVI recordó que “esta solemnidad nos hace recordar y revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles y los otros discípulos reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo” de manera que “cada cristiano pueda participar a su misma vida divina y se vuelva válido testimonio en el mundo”.

Benedicto XVI también anunció que en Francia fue proclamada beata la madre Luisa Elisabeth Molé, fundadora de las religiosas de la Caridad de San Luis. El Papa invitó a todos a rezar por el VII Encuentro Mundial de las Familias, que el viernes próximo se realizará en la ciudad de Milán y en el cual él mismo va a participar.