Entrevista original de J. Habsburg al Padre Helio Luciano (Florianópolis) para Zenit
- Padre Helio, comenzamos con usted, ¿por qué el sacerdocio?, y ¿por qué la Bioética?
- P. Luciano: Las preguntas sobre la vocación siempre son muy
personales, pero en modo general: yo era dentista y llegó un cierto
momento en que decidí que mi camino era otro. No creo que he dejado nada
por algo peor, o sea, he dado mi vida al Señor en ese campo y por la
formación en odontología previa, el obispo me encaminó un poco para que
estudiara bioética y que me formara en este campo, que es un campo que
la diócesis necesita bastante hoy, así como la iglesia en Brasil.
- Si tuviéramos que definir los campos de discusión cuando
decimos Bioética, ¿cuáles son los campos típicos a los que nos referimos
hoy sobre estas cuestiones?
- P. Luciano: Bueno, la Bioética es una ciencia nueva, con lo cual no
está definida todavía y hay gente que cree que todo es Bioética y hay
gente que cree que muy poca cosa es Bioética. Hay temas que no son
polémicos, como la relación entre el médico y el paciente, las cuestiones
de ética de investigaciones científicas que son temas normales de la
Bioética y después hay otros como el aborto, la eutanasia, las células
tronco que son los temas que normalmente aparecen en los periódicos y en
los medios.
- ¿Por qué son estos campos de discusión social y por qué son
importantes para la iglesia? ¿Qué tiene que ver con el Evangelio? Las
Bienaventuranzas no hablan de las células estaminales...
- P. Luciano: Muchas veces se confunde a Cristo como una legislación,
lo que podemos y lo que no podemos hacer, y no es esto, Cristo es una
persona, es perfecto Dios, pero perfecto hombre, y esta perfecta
humanidad implica algo en nuestra vida. No es que tengamos que hacer
cosas o no podamos hacer cosas, es que tenemos que ser otros Cristos, a
eso estamos llamados, en las cosas concretas y prácticas de nuestra
vida, no en cosas abstractas, no en una espiritualidad malentendida,
sino en cosas reales que se hacen realidad en lo concreto…
- …Y que también de alguna forma Cristo nos revela la grandeza de la dignidad de la vida humana, ¿verdad?
- P. Luciano: Claro, la dignidad es un tema, en ese sentido, de vivir
como Cristo, o sea, o tienes un respeto profundo por la vida --no solo
tuya sino tambien la de los demás--, porque es la dignidad de Cristo que
estás respetando; o no eres cristiano. Cristo dice: yo soy el camino,
la verdad y la vida. La Vida es importante para Cristo y esa vida no es
una vida abstracta es una vida concreta, real, que se hace vida en
nuestras vidas.
- ¿Podemos decir que también de alguna forma, cuando Cristo
dice “lo que han hecho a uno de los más pequeños de mis hermanos lo han
hecho a mí”, eso como que enfatiza aún más la responsabilidad hacia el
prójimo y hacia la persona humana a mi lado, también en este campo de la
Bioética?
- P. Luciano: Claro, la dignidad y la vida es igual a todos, el
problema es que hay algunos que defienden la dignidad de su propia vida
pero no la de otros. Son las viudas del Evangelio, o sea, los pobres del Evangelio; de ellos habla Jesús para que se preocupen más, porque ellos
mismos no tenían posibilidad de cuidar de su propia vida, de defender
su propia vida. Pues esto, en estos campos, por ejemplo en el aborto:
una persona que no ha nacido todavía, que no tiene modo de expresar sus
derechos, con lo cual, debemos defenderlos.
- Por tanto, si tuviéramos que definir también el criterio
fundamental de la Iglesia Católica al hablar de estos temas ¿qué es lo
que estamos defendiendo?, ¿por qué estamos entrando en temas que algunos
dirían “esto no tiene nada que ver con la Fe, esto no es un tema de
sacristía”? ¿por qué es esto importante y qué busca la Iglesia?
- P. Luciano: Dos cosas: una, la dignidad del ser humano; la Iglesia
no viene para defender el hombre cristiano o católico, la Iglesia viene
para defender un modelo de humanidad, lógicamente que no podemos
predicar que todos tengan que recibir la Eucaristía. La Eucaristía es
para quien tiene fe y para quien la vive; pero el hombre es hombre y
debemos respetar la vida como una verdad natural, o sea, una verdad
humana que la Iglesia defiende porque defiende a la persona en sí misma.
El otro campo de la Bioética más específico es que es una dignidad con
un criterio científico claro, o sea, no todo es Bioética, no es decir
cosas generales, es decirlo con bases científicas: “mira, esto, hace
parte de la naturaleza humana”. Una cosa que hablaba Ratzinger hace poco
era de ampliar el concepto de racionalidad, o sea, que una persona
llore a la muerte de su padre no es algo irracional; por el contrario,
si no llora la muerte de su padre es irracional, pues ampliar ese
concepto, no es sólo una ciencia positiva lo que se puede probar
matemáticamente es ciencia. La ciencia es mucho más amplia.
- Algunos dicen: “mira, esto son cuestiones de Fe, ustedes
tienen Fe; creen que la vida comienza aquí…por tanto esto es la Fe de
ustedes, pero no me impongan sus criterios religiosos y de Fe al hablar
de estos temas, que son cuestión de conciencia personal. Si yo creo que
está bien…está bien, para qué me vas a imponer tú una idea tuya”. ¿Qué
respondemos a esto?
- P. Luciano: Pues que hay un nivel que es cuestion de fe, sin duda,
pero hay un nivel que es de naturaleza humana. Es decir, por ejemplo,
¿por qué la gente se enoja cuando ve a un chico ser agredido? No se
enoja porque es católico o no va a decir que no ha agredido por ser
católico, porque esos son mis valores... No, es porque es algo de
naturaleza humana, porque existe algo en la naturaleza humana que dice
“esto no está bien”. No queremos imponer, pero queremos que las personas
tengan conciencia de lo que son. No puedo decir: “yo quiero volar...”
Tenemos una libertad, lógico, pero esta libertad no llega al punto de
decir que podemos cambiar nuestra naturaleza, o sea, no podemos
comportarnos como animales si somos seres humanos, y si somos seres
humanos, hay uno modo humano de comportarse, y es en este nivel en que
la Bioética trabaja.