jueves, 25 de octubre de 2012

¿Santo Tomás de Aquino era Correntino?

Texto original: "Anteprólogo" del padre Leonardo Castellani a su versión en castellano de la Suma Teológica (Club de Lectores, Buenos Aires, 1944)



Viajando por nuestro país nombré una vez a Tomás de Aquino; y un compañero de tren me preguntó con toda seriedad si ese Aquino era de Corrientes. Porque, en efecto, Aquino es apellido correntino.

Se podía responder que no con una sonrisa. Pero también se puede responder con más profundidad aunque con menos sencillez: "Sí señor, Tomás de Aquino es de Corrientes. No está en las listas del Senador Vidal. Pero fue uno de los maestros de San Martín y del Sargento Cabral."


Tomás de Aquino es de toda la Cristiandad entera, aun en sus rincones mesopotámicos, y sobre todo de esta cristiandad latina a que tenemos el honor y el riesgo de pertenecer. El Senador Vidal, como todo correntino, debe tener mucho de tomista sin saberlo, porque nadie puede sustraerse a una tradición secular. A través de la Orden de Predicadores, de las otras órdenes religiosas, de la Jerarquía católica, del clero secular y de los conquistadores, la Suma Teológica del Aquinense se instiló en el Nuevo Continente inspirando costumbres, leyes, actos de gobierno, hábitos mentales y maneras de hablar. "Es increíble la cantidad de latín que hay incluso en el lunfardo de un reo de la Boca y en la lengua turfística de un sportsman de Palermo" —ha dicho Eugenio D’Ors ("El Debate", Madrid, 20 de junio de 1934).

Esa lengua latina que impregna como un mantillo húmedo las raíces de nuestro romance castellano —y sin cuyo conocimiento al menos en las élites intelectuales nuestra lengua degenera necesariamente— fue rechazada de la enseñanza por los hombres del 84 sin que se pueda asignar para ese fenómeno hoy día ninguna razón perceptible; puesto que en esto no imitaron según su costumbre, ni a Francia ni a los Estados Unidos. De modo que la "Summa" del de Aquino, que está más honda en nuestra nacionalidad que los mismos Aquinos de Corrientes, fue sustraída en su texto original hace 60 años a la incipiente alta cultura argentina. ¡ Y así le ha ido a ella desde entonces! Y ahora hay que traducirla como se pueda a la lengua vulgar. Paciencia. No hay mal que por bien no venga. Puede ser que sirva como instrumento de comunicación hispano-americana.

"He aquí que de nuevo en 1944 —escribe la revista "Moctezuma", de Méjico— van saliendo de las prensas argentinas los volúmenes poderosos de su obra magna en lengua de Castilla. En otros tiempos, cuando Occidente era Cristiandad, un occidental que no supiera latín era considerado un primitivo. Hoy, que se nos ha quebrado en pedazos la herencia de muchas generaciones... nos parece primitivo el que sabe latín; progresista el que posee una radio Philco y un Ford V 8.

"La Suma Teológica fue una de las más poderosas contribuciones a la culminación de la unidad occidental. Unidad que era idea antes de ser hecho. Cuando todo Occidente —desde Oxford a Mesina y desde Salamanca a Nuremberg— estudiaba la Suma sin pensar que Tomás era fraile o italiano o escribía en latín, existían valores superiores a esos instintos carniceros que nos encierran hoy en fronteras de montes o de ríos, de lenguas o de razas, para odiar o explotar más cómodamente a los que viven al otro lado..."