Fuente: AICA
Exposición Completa: Documentos AICA
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, miembro de número de la
Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, ubicada en Buenos
Aires, expuso en la sede de esa institución sobre cuatro discursos
emblemáticos de Benedicto XVI.
El prelado platense se refirió a los mensajes que el pontífice
emérito pronunció, entre 2006 y 2011, en la Universidad de Ratisbona,
otro que preparó para decir en la Universidad "La Sapienza" de Roma,
pero que finalmente no se realizó, y las exposiciones ante los
parlamentos de Inglaterra y Alemania.
Aseguró que estas reflexiones se destacaron por “su altísimo valor
intelectual y por la repercusión que tuvieron en distintos ámbitos
extraeclesiales.
Monseñor Aguer sostuvo que “el enfoque de los temas abordados en los
cuatro discursos parece de carácter exclusivamente europeo; además
resulta notoria la preocupación por el presente y el destino de Europa.
Pero en realidad las cuestiones que en ellos se plantean son cuestiones
que se refieren al hombre en cuanto tal, a la idea del hombre, a la
dimensión ética y religiosa de la existencia y de la organización
social”.
“El Papa Ratzinger ha operado una especie de relanzamiento de la
razón. Así lo estimaba, en un reciente comentario Armando Torno en el
Corriere della Sera, quien observaba además que si la razón y la
naturaleza son la base de una convivencia al margen de cualquier
revelación sobrenatural, éste es el terreno sobre el cual católicos y
laicos pueden encontrarse sin temor a recíprocas censuras o
injerencias”, advirtió.
“El término laico se asume en este juicio en el sentido que tiene
precisamente en Italia, y quizá también en Francia o en Estados Unidos,
donde puede hablarse de laicidad positiva, es decir, de una relación
entre Iglesia y Estado que se desarrolla merced al respeto que se otorga
a la religión y a su papel en la esfera pública”, agregó.
Monseñor Aguer dijo que “en el mismo orden de cosas, el presidente
de Italia Giorgio Napolitano comenta con reconocimiento el diálogo que
ha mantenido con Benedicto XVI, identificándose ambos con los
fundamentos de una política iluminada por la historia y regida por la
razón. Lo hace en el prefacio que firma para el volumen titulado La ley
del rey Salomón con los discursos del Papa en Ratisbona, New York,
París, Londres y Berlín”.
“Valora allí el presidente la no exclusión del factor religioso de
la esfera pública, la convicción, al contrario, de que deba reconocerse
laicamente la dimensión social y pública del hecho religioso. Lo cual
implica la apertura de un espacio común en el que puedan exhibirse en
diálogo las respectivas razones de creyentes y no creyentes para
intentar una respuesta a las grandes cuestiones de nuestro tiempo”,
concluyó.