Santo Tomás, Apóstol (3 de julio)
"En la primera aparición de Jesús resucitado a sus
apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: "Hemos
visto al Señor". Él les contestó: "Si no veo en sus manos los agujeros
de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no
meto mi mano en la herida de su constado, no creeré".
Ocho días después
estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presento Jesús y
dijo a Tomás: "Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y
métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente".
Tomás le contestó: "Señor mío y Dios mío". Jesús le dijo: "Has creído
porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver". (Jn. 20, 24)